IGUALaIGUAL
 
Número 5. Mayo de 2005.
 
¿Por qué hoy sí?

 


El proceso de normalización de inmigrantes terminó el pasado sábado, día 7 de mayo. Parece ser que con él han aflorado una buena cantidad de empleos que se mantenían invisibles. Estaban, por lo visto, sumergidos. No se sabe muy bien dónde se sumergen, pero lo seguro es que se trata de un escondrijo bastante eficaz. Funciona tan bien que a quienes se ocultan en él no se les puede localizar y hay que utilizar “trucos” como este del proceso de normalización. Debe ser, además, un sitio muy grande, porque había tantas como cerca de 700.000 personas dentro y, por lo visto, caben muchísimas más.

Esto de la economía sumergida es como un pozo sin fondo. También se la conoce como “economía informal”, debe ser por el “cachondeo” que se traen quienes la eligen para contratar personal. Es, por lo visto, una economía como de “andar por casa”, sin formalidades, con confianza. Por eso no se firman contratos, no se pagan impuestos, no se cobra desempleo y se puede utilizar con cualquiera con el único requisito de que se encuentre en disposición de admitirlo. Porque hay confianza, porque es informal.

Si ya lo decían nuestras madres ¡qué poca formalidad!

 

 
Dicen los periódicos

 

Dicen los periódicos...

Diez años después de la Conferencia Mundial de la Mujer celebrada en Pekín, delegados de Naciones Unidas, Gobiernos y ONG se reunieron del 28 de febrero al 11 de marzo en Nueva cork para revisar y examinar los progresos realizados desde entonces. La adopción de una Declaración en la que se reafirman los compromisos y la Plataforma de Acción a favor de los derechos de la mujer, adoptados hace 10 años en Pekín, ha sido el resultado más significativo de esta reunión. El documento final hace también un llamamiento a realizar mayores esfuerzos para lograr la igualdad de género y facilitar el progreso de la mujer. Para ello, los gobiernos se comprometen a emprender nuevas acciones y subrayan que la aplicación plena y efectiva de estos compromisos es fundamental para hacer realidad los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Diversas ONG presentes en el encuentro advirtieron sobre el peligro de que éstos se conviertan en meras promesas vacías, a menos que los dirigentes los transformen en acciones concretas.

Nueve de cada diez microcréditos que se conceden en el mundo son a mujeres. Estas cifras se matizan si se centran en la Unión Europea donde este tipo de préstamos concedidos a mujeres son del 40%, mientras que en España el porcentaje representa el 50%. El elevado número de microcréditos a los que tienen acceso las mujeres contrasta con que éstas representan un 50% de la población mundial, poseen el 1% de la riqueza y tienen acceso al 3% de los créditos bancarios, aunque tan sólo representen un 1,6% de morosidad. Desde la creación del Banco Mundial de la Mujer, en 1989, se han concedido 825 préstamos, en España, lo que ha favorecido la creación de 2.750 empresas que han dado trabajo a 5.000 personas. Respecto al perfil de las demandantes, en 2004 el 63% de las beneficiarias fueron inmigrantes, frente al 2002 y 2003 en los que el 100% de las solicitudes fue realizado por españolas. En cuanto a la creación de actividades, los préstamos fueron utilizados para emprender negocios relacionados con el comercio (41%), los servicios (18%), y en menor medida, la hostelería (15%) y la estética (10%).

El 63 por ciento de los empleos que se crean en Europa son ocupados por mujeres, aunque éstas cobran menos que los hombres, según un informe de Adecco y el IESE.
Sin embargo, el informe advierte que la reducción del desempleo femenino se ha atenuado. El incremento interanual del número de personas ocupadas en Europa en 2004 fue de 1,2 millones, que representan un crecimiento del 0,8 por ciento respecto al año anterior. El 16,4 por ciento de los contratos corresponden a la modalidad de tiempo parcial.
España ha aportado cuatro de cada diez nuevos empleos y las mujeres que trabajan fuera de casa ya superan los 6,8 millones, lo que supone un incremento del 4,7 por ciento respecto al trimestre anterior. La tasa de paro femenino se ha reducido un 1,2 por ciento y se sitúa en el 14,4 por ciento, frente al 7,6 por ciento de la tasa masculina. Los expertos que han participado en el análisis esperan que el primer semestre del año se cierre con una tasa del 10,1 por ciento para las mujeres y un 8,4 por ciento en el caso de los hombres.
Los datos más negativos se refieren a los salarios, ya que las mujeres europeas cobran una media del quince por ciento menos que los hombres. En España esta diferencia es del 18 por ciento.
Para los próximos meses, las perspectivas de creación de empleo son optimistas y los expertos esperan un entorno favorable para los que buscan empleo.
El pasado 7 de mayo concluyó la mayor regularización de inmigrantes de la historia de España, una gran parte de ellos de países latinoamericanos, principalmente Ecuador, en lo que ha supuesto el “mayor proceso de afloramiento de economía sumergida en Europa de los últimos 40 o 50 años”, según las autoridades españolas, que han calificado la iniciativa de éxito. Al parecer, los 700.000 inmigrantes regularizados aportarán el próximo año de 1.000 a 1.500 millones de euros a la Seguridad Social española. Un 60 por ciento de las peticiones se han concentrado en tres de las diecisiete comunidades autónomas de España: Madrid (centro), Valencia (este) y Cataluña (noreste), y del total de solicitudes presentadas, 365.382 pertenecían a varones, mientras que 267.012 eran de mujeres.
Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, la secretaria de Estado de Inmigración y Emigración, Consuelo Rumí, ha anunciado la inmediata puesta en marcha del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia, dentro del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, que permitirá realizar un diagnóstico específico de la situación de la sociedad respecto a la discriminación racial, adoptar las medidas necesarias para prevenir este tipo de discriminaciones y contribuir a conformar una sociedad más justa e igualitaria.
Con motivo del Día del Agua y el inicio del decenio internacional dedicado a este tema el pasado mes de marzo, entidades y ONG ha advertido que 1.100 millones de personas carecen de agua potable y 2.400 millones no tienen acceso a saneamiento.
Uno de los objetivos relacionados con la Declaración del Milenio de la ONU es reducir a la mitad estas cifras antes del año 2015. Para ello, organismos internacionales y ONG instan a los gobiernos a hacer un esfuerzo y tener el tema del acceso al agua como una cuestión principal.
       
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Me acabo de enamorar

Han vuelto a hacerlo, y ya van no sé cuántas: en su delirio, nos toman por tontas. ¡Y es que el delirio es suyo, o sea, de esas empresas que te cambian de cara sin bisturí ni zarandajas por el estilo! Pero nos toman por tontas... Porque el caso es que no está nada mal (¡pero que nada mal!) hacer algo por el propio rostro, de manera que nos guste más cuando nos miramos al espejo. Eso no está mal, como tampoco está en absoluto nada mal liquidar el colesterol de las arterias, como tampoco está nada mal tonificar los músculos habitualmente, como tampoco está nada mal aprender idiomas, o practicar el tai-chi, o tomar el sol con las debidas precauciones, o sacarse el carnet de conducir (“aunque una ya no tenga edad para esas cosas”), o aprender a bailar, o votar en las elecciones y así una larga lista de cosas que, no sólo no están nada mal, sino que, por añadidura, están muy bien.

            Van los tiros por otro lado. Y es que sale por la tele una mujer madura. ¡Quietas ahí! Quedaos con la copla: “madura”. ¿Vale? Me lo fijáis ahí mismito. “Madura”... Y continúo. Esta mujer te mira fijamente a los ojos y te suelta: tengo cincuenta y pico años y me acabo de enamorar. ¡Quietas ahí, porque nos estamos acercando al busilis! ¿Qué ha querido decir la compañera con eso de que se acaba de enamorar? ¿Y a cuento de qué viene hacer patente la cosa de la edad, qué relación mantiene con el hecho de que se ha enamorado repentinamente? Porque la frase, que es compuesta, está construida con una conjunción (por cierto, copulativa): “y... estoy enamorada”. ¡”Y”! Esa es la conjunción.

Pero nos engaña, porque la frase lleva oculta, como el caballo que le regalaron a Troya, otra conjunción muy distinta (y adversativa, para más señas, que son como más complejas y tienen otra elegancia, vas a comparar). Y esa conjunción, que es la que no se ve, aunque es la que vale, es “pero”. Y si no, ya veréis cómo, poniendo el “pero” a la frase, en lugar de la “y”, caen las máscaras y surge la verdad nuda y prístina: tengo cincuenta y tantos años, pero me acabo de enamorar.

Admitida la reflexión, por su palmaria evidencia, vamos a lo que vamos. ¿Qué pega le encontramos a tener cincuenta y tantos años y enamorarnos... de pronto? Realmente, ninguna. Una puede tener más de cien años y enamorarse de golpe, como cuando tenía doce. ¿Entonces, por qué hay un “pero” agazapado y oculto? ¿Y qué nos dice este “pero”? Nos dice: sólo te pasarán esas cosas tan repentinas, si, mediante este jodido ungüento, abandonas tu deplorable rostro de cincuenta y tantos años y lo sustituyes por el de una alegre y risueña jovencita. Y es que sólo la circunstancia de la juventud nos ofrece la oportunidad del enamoramiento repentino.

Yo recuerdo que Lauren Bacall, con dieciséis años de edad, tenía el aspecto y el gesto de una mujer madura. ¡Madura! ¿A que ya se os había olvidado? Madura. En los años cuarenta, una cría de dieciséis quería ser una mujer mayor, además de ser guapa, para ser bella. Una pasada, tía, un despropósito. Vale. Pocos años después, las chicas y los chicos de dieciséis quisieron ser jovencitos. Pues qué bien. Pero, ahora, o eres joven, aunque los años te pesen más que los kilos (tiene sesenta y dos años y qué joven está), o ya has caído en un estado de total incapacidad para reacciones tan simplemente humanas y alejadas de la circunstancia de la edad, como el hecho de enamorarse. Repentinamente.

¿Y por qué? Pues porque hemos conseguido identificar el concepto de Madurez con el de Vejez Asquerosa. Una mujer madura ni es ni debería querer ser joven, de la misma manera que una mujer joven ni es ni debería querer ser un feto nonato. Una mujer madura tampoco es y tampoco debería querer ser ninguna vieja y, menos aún, una vieja asquerosa.

Existe una Madurez, en la que, fíjate tú, puedes estar mejor que cuando eras una jovencita. Me refiero a físicamente. Quiero decir que, con cincuenta, puedes estar muchísimo más buena que cuando tenías veinte, hablando claro.

Pero no eres joven, ni quieres serlo. Porque ya has pasado por todo eso, ya has superado esa prueba, tienes otra visión de la vida y la vista cansada de ver tanta vida. Y pretender ser siempre una jovencita no puede ser bueno, como no puede ser bueno que una chica de veinticinco años de edad quiera seguir pensando, sintiendo y actuando como cuando tenía doce. O diez.

No es malo que te vendan potingues, para que sigas estando buenísima, como tampoco es malo andar en bicicleta o ponerse gafas por lo de la vista cansada. Los adelantos tecnológicos están para sentirse a gusto con una misma. Lo malo es que, a cambio, te nieguen la personalidad, tu estado, tu estatus, tu curriculum, tu forma de ver la vida y tu vista cansada por haber visto tantísima vida (y lo que te queda). Con cincuenta o más años de edad, has demostrado, por lo menos, que has llegado hasta ahí... Y que sigues.


 
 
 
 
 
 
 
Interesa


“No es violencia de género, sino violencia contra las mujeres, y ese error de denominación hará fracasar la ley”


Para la historiadora Milagros Rivera, deberían crearse centros de vigilancia para hombres maltratadores


“Las mujeres hemos hecho, en el siglo XX, la única revolución no sangrienta”, asegura María Milagros Rivera Garretas, profesora de historia medieval en la Universidad de Barcelona. Rivera, que se ha especializado en el estudio de la discriminación de la mujer a lo largo de la historia, considera que, a pesar de que ciertos logros sociales que hacen referencia a la mujer se hayan conseguido mediante acciones políticas democráticas, aún queda vincularlas a la relación real entre mujeres y hombres. No sólo a las urnas. Porque “las relaciones de diferencia son esas que entablamos, teniendo en cuenta que pertenecemos a dos sexos distintos, sustancialmente diferentes, pero iguales en valor. El hombre no es la medida de la mujer, ni la mujer es la medida del hombre”. Milagros Rivera ha publicado, entre otros muchos, “La biografía femenina en el siglo XV”, “Mujeres en el feminismo. 1970-2000”, “El fraude de la igualdad” y “De dos en dos: las prácticas de creación y recreación de la vida y la convivencia humana”.


¿Violencia de género o violencia contra las mujeres? ¿Estamos refiriéndonos a lo mismo con palabras distintas o la violencia de género implica una guerra de poder entre los sexos?

Existe la violencia de género y existe la violencia contra las mujeres. Pero son dos cosas muy distintas, y es una confusión, tal vez no inocente, que muchos políticos y algunas políticas profesionales y, también, los medios de comunicación de masas (digo de masas, porque hay otros más selectos, como la lengua materna), digan violencia de género para referirse a las dos. La violencia de género me interesa poco. Es, efectivamente, lucha de poder entre los sexos, exacerbada por el triunfo del feminismo, triunfo que nos ha llevado a muchas mujeres a todos los lugares de la vida social en los que deseamos estar. Esto obliga a cambios que los hombres no siempre están dispuestos a aceptar. Además, la violencia de género la puede ejercer también una mujer contra un hombre. En cambio, la violencia contra las mujeres la ejercen hombres que no soportan el mundo femenino propio, que no entienden que sea distinto del suyo. El mundo femenino propio (Virginia Woolf le llamó “un cuarto propio”) es el sentido libre de la diferencia de ser mujer. Es una riqueza enorme, porque entre las mujeres hay fecundidad, relación, amor, belleza, cuidado, apertura a lo otro... Demasiados hombres codician este mundo y quieren poseerlo. Pero lo otro no se puede poseer, porque cuando se posee se esfuma, deja de ser lo otro. Entonces, esos hombres montan en cólera y matan, pegan, maltratan, odian, escriben textos misóginos, hacen películas pornográficas o videojuegos sexistas, acuden a la prostitución...
Por eso, ha sido, en mi opinión, un error político enorme el cambiar el nombre de la ley para erradicar la violencia contra las mujeres y llamarla ley contra la violencia de género. Pienso que esto la llevará al fracaso, pues tu pareja no te mata por una cuestión de poder.


El hecho de que todavía no hayamos abandonado este punto de la evolución humana ¿induce a la depresión o a una postura más activa?

Pienso que dice que es hora de cambiar la política. Ni depresión ni activismo, sino práctica de la relación de diferencia entre mujeres y hombres y práctica del conflicto relacional. Aprendiendo de las mujeres, porque las mujeres hemos hecho, en el siglo XX, la única revolución no sangrienta. Se dice que, en el siglo XX, la política ha pasado de fundarse en las armas (las guerras y los golpes de Estado) a basarse en las urnas de la democracia. El paso que le falta a la política es nacer de la relación, no de las armas y no sólo de las urnas. Las mujeres somos las que más sabemos de la relación, porque nos gusta y porque nuestro cuerpo, que es un cuerpo abierto, abierto a lo otro, lo sugiere a su manera.
Las relaciones de diferencia son las que entablamos mujeres y hombres, teniendo en cuenta que pertenecemos a dos sexos distintos, sexos que son sustancialmente diferentes y son iguales en valor. Dicho de otra manera, el hombre no es la medida de la mujer, ni la mujer es la medida del hombre.
El conflicto relacional es el que no destruye lo otro, sino que tiene en cuenta a lo otro. Porque sabe que lo otro, la alteridad, es una riqueza muy grande, es la fuente del deseo, siendo el deseo lo más importante que hay para seguir vivas y vivos. El conflicto relacional te lleva a transformarte, no a cantar victoria, a no ser que reconozcamos que la mejor victoria es la propia transformación. En realidad, la disponibilidad a transformarse es lo más radicalmente político que hay.


¿Hay más violencia de género, porque es un fenómeno creciente o porque ahora nos enteramos más y mejor?

Puede ser que haya ahora más violencia de género, porque hoy vivimos en tiempos del final del patriarcado, y el final del patriarcado les ha quitado a muchos hombres muchas de las instancias de poder que tenían sobre las mujeres, dejándoles además sin ley; aunque no hay que olvidar que el patriarcado era un sistema de poder muy violento. En cuanto a la violencia contra las mujeres, pienso que ha habido una revolución simbólica –al menos, en España- que nos ha llevado a la gente a decir en voz alta ¡basta ya! Este ¡basta ya! ha nacido de la toma de conciencia de que lo personal es político, de que lo que le pasa a una mujer maltratada no es algo privado, sino un indicador del estado de la política que nos afecta a todas y a todos. La cuestión de más o menos violencia no es, sin embargo, muy importante, porque una sola agresión es ya demasiado.


¿Cree que el curriculum escolar es la solución...?

El curriculum escolar es una solución, siempre que les enseñe a los niños y a los chicos a practicar la alteridad, a reconocerla como la riqueza que es. Para un hombre, lo otro es, en primer lugar, la mujer.
Otra solución, más inmediata, es que se funden centros de vigilancia para los hombres maltratadores, tantos como sea necesario. Y que, cada vez que la prensa informe del asesinato de una mujer por su pareja o expareja, los hombres salgan a la calle, manifestando su repulsa.


¿Históricamente, cuando las mujeres desempeñan la autoridad, lo han hecho de distinta manera a la que los hombres ejercen el poder? ¿Las mujeres son autoritarias y los hombres poderosos?

La autoridad no se desempeña, sino que se le reconoce a otra y, a veces, a otro. Digo a veces, porque, hoy por hoy, es así: somos sobre todo mujeres las que estamos practicando la autoridad, y la política no es lo que podría ser, sino lo que es. El poder, en cambio, se ejerce sobre otras y otros, y es más propio de la historia de los hombres que de la historia de las mujeres, aunque sin determinismo alguno. Es una diferencia abismal de sentido de la vida y de las relaciones.
Autoridad es una palabra que procede del latín augere, que quiere decir “crecer”, “acrecentar”. Por eso, la autoridad es ese “más” que generan las relaciones mediadoras, las relaciones por el gusto de estar en relación, las relaciones no instrumentales. Por ejemplo, si yo doy una clase para ganar un dinero y nada más, lo más probable es que no genere en el aula ningún “más”, que no genere autoridad, aunque pueda dar mucha información útil para escalar en la jerarquía social. Si doy la clase por amor a lo que explico y al don que me hace quien me escucha, entregándome su tiempo, es probable que genere algo, algo que hasta entonces no estaba. Es este algo, este “más”, lo que las alumnas o alumnos se llevarán consigo, si pueden, al salir de clase, lo que les hará crecer y me hará crecer también a mí. Digo si pueden, porque lo negativo puede ser muy grande, en una vida femenina o masculina, y no dejar acoger ese “más”.
También se distingue la autoridad del poder, en que la autoridad es de quien se le reconoce, frente al poder, que es de quien lo ejerce. Por eso, la autoridad circula, no se establece, de modo que nadie es la autoridad. De la misma manera que reconozco autoridad, puedo dejar de reconocerla, sin violencia. El poder, en cambio, se acompaña de la violencia, tanto para ejercerlo como para liberarse de él.


¿La violencia contra las mujeres es la prueba de que las mujeres entienden una relación de pareja de distinta manera que los hombres o sólo es el problema de algunos hombres?

Las mujeres y los hombres estamos en el mundo de maneras distintas, porque pertenecemos a dos sexos distintos. Aunque las funciones que desempeña el cuerpo de la mujer (pensar, correr, reír...) sean las mismas que las que desempeña un cuerpo de hombre, la experiencia de vivir en un cuerpo femenino es distinta de la experiencia de vivir en un cuerpo masculino. A la vez, mujeres y hombres formamos parte de la misma especie. Esto le obliga a ella y a él a un trabajo constante de búsqueda de mediaciones entre los sexos. Una mediación muy corriente e importante entre los sexos es la relación de pareja heterosexual. Pero este tipo de parejas fracasa, si no se tiene en cuenta la diferencia sexual, o sea, el sentido libre del ser ella una mujer y el sentido libre del ser él un hombre. Si no se trabaja el sentido de la relación entre dos seres distintos, irreducibles uno a otra y libres, se cuela la violencia, mayor o menor, pero siempre dolorosísima.

 
Es curioso
 

Aunque la verdad es que no tiene nada de curioso, en su sentido de chismoso. Porque no es una curiosidad averiguar que, hace apenas cincuenta años, las mujeres españolas hubiéramos preferido el burka a vivir en las condiciones en que vivíamos. Al menos debajo de ese toldo, no te ven hacer cortes de mangas. Ser mujer ha sido siempre difícil (si lo es ahora, no te digo nada entonces), pero a mí que no me digan, en aquellos tiempos, las mujeres extranjeras tenían más y mejor calidad de vida. ¡Más y mejor, atentas todas a los matices!

Lo digo, porque, hace ya algunos meses, Ángela Carmona, que es doctora en Filología Hispánica, decidió reproducir retazos de aquella realidad tal cual era, antes que elaborar sesudos análisis interpretativos sobre ese mismo material. El libro se llama “Rosas y espinas. Álbum de las españolas del siglo XX”, y es de un valor incalculable. Porque si en él vemos imágenes que valen más que mil palabras, encontramos también algunas palabras que cotizan bastante más que mil imágenes juntas. En este libro, están unas y otras, para pasmo de féminas y para que los varones compartan entre ellos una cierta vergüenza (y quizá no tan ajena), porque las cosas tampoco han cambiado como para echar cohetes, no nos vayamos a engañar.

En 1944, la revista “Medina”, órgano de femenil adoctrinamiento de la famosísima e idiosincrásica Sección que presidía Pilar Primo de Rivera, soltaba perlas como la que sigue: “La vida de toda mujer, pese a cuanto ella quiera simular, no es más que un eterno deseo de encontrar a quien someterse. La dependencia voluntaria, la ofrenda de todos los minutos, de todos los deseos y las ilusiones, es el estado más hermoso, porque es la absorción de todos los malos gérmenes (vanidad, egoísmo, frivolidades) por el amor”. Tal cual lo lees. Agudizando en la acidez, cabe decir que la distancia que nos separa del Corán es de apenas sesenta y un años y no lo digo sólo por la “mancheta” de la revista en cuestión. Agudizando hasta el sarcasmo (merece la pena), sólo cabe aplaudirnos a nosotras mismas, porque, al menos en barbaridades tan bárbaramente bastas, hemos dado nuestro saltito. Que sí, hombre (digo, mujer).

Y es que la mismísima doña Pilar se había puesto obcecadamente de cara a la Meca, cual desatado talibán, apenas dos años antes, en 1942. Lee y juzga: “Las mujeres nunca descubren nada; les falta el talento creador, reservado por Dios para inteligencias varoniles; nosotras no podemos hacer nada más que interpretar, mejor o peor, lo que los hombres nos dan hecho”. (Esas alusiones a Dios, para que nos pille confesadas, ya nunca volverán, como el sol de la infancia). Efectivamente, en medio siglo, hemos avanzado de la Edad Media mental a… bueno, pues algo así como un a modo de costumbrismo feminista. ¡Pero, hija, no me compares, como diría La Pura!

El caso es que vivíamos en una indigencia sociocultural demasiado grave. La corriente nos llevaba y, en consecuencia, no podíamos salir de una encerrona histórica y social. Nunca es culpa de las víctimas, y sólo subrayando esa premisa, cabe entender adecuadamente la siguiente carta publicada en “El Caso”, en 1970, hace sólo treinta y cinco años: “He tenido un desliz con mi novio y en abril seré madre, por lo que me urge casarme pronto, pues soy empleada del Estado (…). La persona que se case conmigo gozará de todo mi respeto; nunca se arrepentirá, porque me portaré bien”. Treinta y cinco años. No podíamos tener una cuenta corriente a nuestro nombre, salvo que nuestro marido nos lo permitiera expresamente ante el banco o fuéramos viudas. Es decir, cuando no quedaba otro remedio. No valía ser mayor de edad; una mujer nunca lo era. ¿Y cómo queríamos que reaccionase una mujer, ante las circunstancias antedichas?

El muy instructivo “Almanaque Salesiano” publicaba, en 1959, el siguiente palabrerío, (fueran voces de otrora, mas corren sobradas de espanto): “La esposa perfecta debe ser exacta como el reloj, pegada a su casa como el caracol y bien hablada, y a su debido tiempo, como el eco”. (¿No es cierto que a Almodóvar le faltó la versión femenina en “La mala educación”? ¿No es acaso imposible que el extranjerío entienda bien esa película? Lo del pisoteo de la persona que se llevaba hace medio siglo, como apuesta por el desarrollo, convierte a Torquemada en un voluntario de la Cruz Roja, y eso, de nuestras fronteras para fuera, no lo pueden entender, cuánta soledad).

Así que, por favor, haceos eco de estas cosas y, con la exactitud de un reloj, aprovechad cada segundo, para olvidaros de estrategias como la del caracol, siempre que haya que dejar atrás rémoras tan insoportables como, sin ir más lejos, la del marido modelo barrabás, ese espécimen tan común. Y a ver si, dentro de cincuenta años, hemos barrido también tanta porquería de en medio como nos recuerda Ángela Carmona que hemos hecho en el último medio siglo. (Y con un cantito, que, en lejanos lares, ni eso).

 
la tira

 

I.A.

 
A la par

DISGREGACIÓN SEXUAL EN EL METRO DE TOKIO

En el metro de Tokio se soba y se toquetea. En cualquier otro metro, también. En el de Tokio, mucho más. La cosa preocupa tanto que han estudiado el fenómeno y se han encontrado con datos impactantes, como que el 64 por ciento de las mujeres entre 20 y 30 años han sido manoseadas en trenes subterráneos y de superficie en Tokio. Sólo en el año 2004 arrestaron a 1.886 aficionados al roce y algo más, aunque las denuncias ascendieron a 2.201.

En la zona de Osaka hace años que se plantearon como salida a esta situación la habilitación de vagones exclusivos para mujeres. En Tokio, las compañías de trenes y metro han sido reacias a implantar esta medida, pero, finalmente, han decidido hacerlo, aunque únicamente funcionarán durante la hora punta de la mañana.

Hasta aquí los datos fríos, puros y duros. A partir de ahora, el debate. ¿Evitará esta medida las agresiones? ¿Será obligatorio que las mujeres los utilicen o podrán optar por viajar en el resto del convoy? ¿Cómo se tomarán esta medida hombres y mujeres? ¿Por qué los nipones son tan aficionados al toqueteo? ¿Estarán exagerando? ¿Qué pasa en el resto de metros y trenes del mundo? ¿Será esto una señal de lo que viene? ¿...?

Nos interesa tu opinión. Si quieres participar de este debate, envianos tus reflexiones a alapar@aosla.org.

 

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alapar
ALAPAR, Investigación, Innovación y Desarrollo en Orientación Sociolaboral, Igualdad de Oportunidades y Políticas de Género, es un grupo de debate, propositivo y activo, en materia de igualdad de oportunidades. Está formado por seis técnicas de empleo, con experiencia en diferentes campos de la promoción de empleo: orientación, información, entrenamiento de habilidades en la búsqueda de empleo, asesoramiento a proyectos empresariales y de autoempleo, gestión, intermediación...
 
 
"El hervidero neuronal de la Pura"

"El hervidero neuronal de la Pura"
Consultorio que lo es

   

Querida Pura: Pues hija, ¿es verdad lo que dicen en la pelu? Pues que dicen que, desde el 8 de marzo pasado, que fue el día de la mujer, pues que hemos cumplido diez años de no sé qué cosa que hicieron en Pekín y que, después de aquellos pactos, pues que si te he visto no me acuerdo y no sé cuántas de estos lodos... Y me he dicho, pues le voy a preguntar a la Pura, porque hay que ver esta mujer lo que me sabe de estas cosas. Y así que eso…
Evergarda del Carmen. Rebolillos del Coro

Querida Evergarda: Ya te voy adelantando, hija, que cada día mejor las cosas que me habláis en la pelu, que cada vez me estáis más enteradas. ¡Y pues claro, Evergarda! ¿Es que no te acuerdas, hija mía? Pero si es que, este año, hace ya diez que se reunieron en Pekín no sé cuántas señoras de todo el mundo, hija mía, para ver si, uniendo voces, se nos oía más. Y bueno, pues un poco sí que se nos escuchó. Pero lo que se dice soluciones, pues como que pocas. ¡Bastante pocas! Porque una cosa es cómo les van las cosas a las mujeres que tienen la suerte de caer en ambientes con propósito de la enmienda y otra es lo que nos pasa a la abrumadora mayoría. Pero si a aquéllas esforzadas les llegan a decir entonces que, pasados diez años, la cosa iba a estar lo mismo de “achuchá”, pues a lo mejor hasta se me habían ahorrado semejante viajecito y todo. Y que, hija mía, para que te vayas haciendo tus propias cuentas, resulta que, en Kuwait, las mujeres no pueden votar. En el Reino Unido, no me pueden formar parte de la tripulación de un submarino militar. En Bolivia, no pueden tener un trabajo nocturno, de no tratarse de las enfermeras o algunas funcionarias, las pobres. En Guatemala, Líbano, Uruguay, Bolivia, Nicaragua, Panamá y Venezuela, si un violador acepta casarse con la víctima, aquí no pasa nada con la ley y santas pascuas. En Australia, a las mujeres militares les tienen prohibido entrar en combate; parece que sólo sirven para desfilar con la pantorrilla al aire. En Pakistán, una mujer violada necesita a cuatro testigos varones adultos, para que se admita su acusación (¿cuatro testigos varones adultos y paquistaníes?, ¿cuatro que fueron testigos y no lo impidieron no serían cuando menos cómplices? Mejor si te olvidas del tema). En Haití y Siria, los hombres que asesinan alegando el honor de la familia no son acusados de asesinato. En Japón, las mujeres divorciadas tienen que esperar seis meses para volver a casarse; sus exmaridos, no… Y que nos han tenido aburridas de tanto Pekín, estos diez años… ¡Pekín, Pekín…! La capital de un país, donde te meten en un cucarachero al que tienen la desfachatez de llamar orfanato, si naces mujer (y además te llevan allí tu padre y tu madre, que donde hay confianza…).

Querida Pura: Dile a tu nieta que busque en la internet esa una historia de una niña, pobrecita mía, que la secuestraron y la hicieron soldado con ocho años de edad, Pura, ¡y que vaya vida que ha pasado la mi pobre! Que busque, que busque y ya verás qué cosas dice en un libro que ha escrito.
Marijénifer. Casilleros del Conde Duque.

Querida Marijénifer: Que de parte de mi nieta, que esa chica que dices es de Uganda, que se llama China Keitetsi y que tiene veintinueve años, dos hijos y una colección de desgracias, mi niña, que no te digo nada, la pobrecita mía. Y que de mi parte, que no es un caso especial, Marijénifer, que hay como 500.000 niños y niñas (te lo pongo así en número para que te lo creas) en todo el mundo, que les cogen cuando apenas saben ni hablar, como a esta chica, cuando tenía ocho años, y les enseñan a matar y les tienen como esclavos y hacen con ellos y ellas todo lo que les da la gana, los muy cerdos, en cualquier sitio y a cualquier hora. Y que ese medio millón de criaturitas no crecen jugando, sino despreciando la vida (porque les dicen tú mata y matan y no saben por qué ni para qué y tampoco les asusta), y no protestan porque todos hagan con ellos las perrerías que les venga en gana, porque ya no se respetan, que creen que no valen para nada. Y que tú, Marijénifer, no te puedes ni siquiera imaginar un país, dos países, tres países, varios países, en los que esos niños y esas niñas van por la calle con armas y disparando y matando y la gente que, hija mía, como quien ve llover, porque allí lo más normal es que haya criaturas en esas condiciones, como esta chica que, al principio, pensaba que jugaba y que vio cómo otros muchos niños y niñas se suicidaron con sus propias armas, porque no aguantaban más, que no tienen amigos, porque se pasan la vida traicionándose unos a otros, que es así su vida… Y que yo me acuerdo mucho de mi nieta, cuando tenía ocho añitos, cómo lloraba porque vio un pajarito muerto en el suelo.

 
¿Qué dice?

 

“El colegio no vacuna contra el racismo”


Según Tomás Calvo, antropólogo y director del Centro de Estudios sobre Migraciones y Racismo (CEMIRA), los jóvenes españoles mantienen una actitud ambigua sobre la inmigración


 “Es curioso, pero, en España, hasta el 11 de septiembre de 2001, los niños y niñas gitanas eran, dentro del aula, grupos tradicionalmente racistas, en el claro sentido de rechazo frontal hacia los valores culturales que recibían a través de la escuela. Pero el atentado de las torres gemelas actuó, en nuestro país, como detonante de una fuerte reacción contra todo lo que es extranjero, muy especialmente entre los jóvenes escolarizados que no son precisamente ni gitanos ni inmigrantes”. Tomás Calvo Buezas, catedrático de Antropología Social de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Complutense y director del Centro de Estudios sobre Migraciones y Racismo (CEMIRA), es, desde 1986, uno  de los más importantes investigadores españoles sobre el racismo, muy especialmente como fenómeno juvenil. “Inmigración y racismo: así sienten los jóvenes del siglo XXI”, “Inmigración y universidad”, “Los racistas son otros. Gitanos, minorías y derechos humanos en los textos escolares” son sólo parte de un largo etcétera de estudios que radiografían el estado en que se encuentra esa enfermedad del rechazo a lo ajeno y de “retribalización en plena globalidad” que padece nuestro país.

 

Según sus investigaciones, uno de cada dos escolares, entre 14 y 19 años de edad, relaciona la inmigración con connotaciones negativas. ¿A qué se debe? ¿Dónde lo han aprendido?

 

Antes, conviene dejar bien claro que si hay alguien que dice la verdad en este mundo son los borrachos y los niños. Aún están en condiciones de no dejarse llevar por lo políticamente correcto… Pero el asunto no es tan rotundo, ni tan claro. Entre los jóvenes, mucho más que rechazo, hay un elevado nivel de ambigüedad motivada por diversas causas. Precisamente, esa de la sinceridad podría ser una de ellas, al menos porque les delata. Las chicas y chicos españoles de entre 14 y 19 años de edad relacionan la inmigración con lo que podríamos definir como “lo malo”. De acuerdo, sí. Eso puede constatarse. Pero también constituyen el grupo de población que más mensajes recibe en contra del racismo y que mejor los asimila. Otra cosa sería, si hablásemos de los adultos con los que conviven, de las cosas que escuchan y “aprenden” en casa estos mismos jóvenes a quienes estudiamos.

 

Pero sus investigaciones aseguran que la raza gitana y todo lo islámico son, actualmente, el principal objeto de racismo, por parte de la población escolarizada. La infancia española es racista en el aula, ¿pero cómo reaccionan, las víctimas de ese racismo, en esa misma aula?, ¿se produce otro rechazo como respuesta?

 

Reaccionan o responden con la misma ambigüedad de quienes les discriminan. Es decir, que, cuando los tienen enfrente, predomina, generalmente, la amistad y el compañerismo. Y la opinión que les merecen, en tanto que gente paya, en un caso, o representantes del modo de vida occidental, en otro, varía según diversos filtros. Las cosas son como son, porque la escuela, por sí misma, no sirve para eliminar prejuicios raciales. Depende de otros factores. El colegio, a veces, cura y, a veces, no. Se trata de nuestra juventud y es conveniente saber cuáles son sus actitudes. Pero no se trata de enjuiciar el colegio: una persona entre los 14 y los 19 años de edad es mucho más que la escuela.

 

Nada menos que la tercera parte del alumnado universitario considera que la inmigración trae más inconvenientes que ventajas, pero,  en contradicción con estos datos, según usted ha señalado, "el 76 por ciento apuesta por una sociedad multicultural, donde convivan en igualdad y libertad grupos con distintas creencias”. ¿Qué se esconde detrás de esta contradicción?

 

Se esconde un ser humano. Es decir, que los sentimientos no funcionan con los parámetros de la lógica. No existe una persona solidaria pura y al cien por ciento, salvo excepciones; ni existen personas racistas puras y exclusivamente racistas, también salvo excepciones. Los chicos y chicas que acuden a las aulas universitarias conforman un espectro con un abanico de sensaciones mezcladas. Para los resultados de una investigación, la convivencia de estos antónimos podría parecer un error. Pero para alguien que investiga al ser humano no son sino la confirmación de que convivimos en la contradicción. Cuando comencé mi trabajo en este terreno, hace unos veinte años, esos resultados me inquietaban. ¿Era posible que conviviesen conceptos tan enfrentados? He decidido no martirizarme más. Las personas vivimos en constante evolución y, a lo largo de nuestra vida, vamos recibiendo simultáneamente todo tipo de mensajes, muchos de ellos contradictorios. Y todos conviven a la vez. Si, en un momento dado, haces un estudio sobre opiniones y ese estudio está bien planteado, lo normal es que emerjan estas contradicciones.

 

Por cierto, y abundando en este concepto, en alguna ocasión, usted ha señalado que estamos viviendo un proceso de globalización y, sin embargo, hace también referencia a un cierto peligro de “retribalización”. ¿Qué quiere decir con ello?

 

Que somos personas inseguras y que nuestra inseguridad busca asideros. Porque, efectivamente, nunca como hasta ahora, hemos gozado de tanta ubicuidad, tanta intercomunicación y tanta conexión, a través de vehículos como internet o los medios de comunicación electrónicos. ¡Y, al mismo tiempo, estamos buscando, con cada vez más fuerza, nuestro pequeño pueblo! La globalización es un proceso tan vertiginoso que hace saltar nuestras alarmas. Cuanto mayor es la globalización, mayor es nuestra retribalización simbólica e identitaria. Cuanto más “pobladores del mundo” somos, más nos sentimos de Extremadura, de Euskadi o de Galicia. Utilizamos las identidades más particulares como asideros, para vencer el vértigo y la inseguridad que nos produce la globalización. Pero esto también sigue un proceso lógico y natural: yo sólo puedo sentirme un ser global, en la medida en que puedo ser una persona particular y diferenciada.

 

Se ha dicho recientemente que ha aumentado el paro, debido al excesivo número de inmigrantes. ¿Qué hay de cierto en estas afirmaciones?

 

Lo que creo que está muy claro para toda la sociedad es que, hoy por hoy, la población inmigrante está trabajando en aquellas actividades que el resto rechazamos. Lo curioso es que, cuando iniciamos estas investigaciones, en los años ochenta, resulta que era la población gitana quien nos quitaba el trabajo. Ahora, vienen en patera. Creo que habría que dejar muy claro qué trabajo hace cada cual, porque estas ideas me reafirman en que somos víctimas de la sensación de que lo de fuera representa siempre lo malo: delincuentes, terroristas, o gente que te va a quitar el empleo.

 

¿Qué diferencias hay entre el tipo de inmigración que estamos conociendo en España y la emigración española a Suiza, Alemania o Francia, en los años sesenta?

 

Hay diferencias, pero también hay algunas semejanzas. Quiero decir que, entonces como ahora, quienes emigran tienen hambre. Si no, no lo harían. Y quienes reciben la inmigración, entonces y ahora, son países económicamente ricos, pero demográficamente pobres. En ambos casos, las personas que emigran son mano de obra barata que hace el trabajo que no queremos hacer en los países receptores. También la población emigrante española enviaba a nuestro país la mayor parte del dinero que ganaba, como hace ahora la población inmigrante que llega a España. Y también conocieron la discriminación y el rechazo. Ahora bien, la emigración española a la Europa rica de los años cincuenta y sesenta no tuvo que enfrentarse a procesos de regulación, y eso marca una diferencia cualitativa, probablemente porque era menor en número y porque incluso el choque cultural era también bastante más pequeño: se coincidía más en aspectos relativos a la raza, los hábitos culturales, la religión. Pero las sociedades receptoras eran menos violentas. Hoy en día, vivimos en una sociedad que responde con mayor agresividad: también eso es una diferencia significativa.


Se va a hacer
CURSOS

INTERVENCIÓN CON COLECTIVOS EN RIESGO DE EXCLUSIÓN. Versión Online

  • Órgano Convocante:AOSLA-Gizalan, Asociación Profesional de Orientadoras/es Socio Laborales.
  • Dirigido a : Personal técnico de orientación e inserción sociolaboral y personas interesadas.
  • Objetivos: Dar a conocer las particularidades que convierten a determinados grupos sociales en lo que se ha dado en denominar colectivos con especiales dificultades de inserción sociolaboral. Así como diferentes propuestas de intervención sociolaboral que se llevan a cabo al respecto en la actualidad.
  • Plazo de matrícula: Hasta el 24 de Mayo de 2005.
  • Fecha de inicio: 24 de Mayo de 2005.
  • Fecha de finalización: 22 de Julio de 2005.
  • Número de horas: 30
  • Precio: 100 euros
  • Información e inscripción: http://www.aosla.org/ESCOLA

 

AYUDAS

Ayudas para la contratación de trabajadoras: empleo de la mujer en ocupaciones en las que tengan menor índice de empleo femenino

  • Convoca: Consejería de Industria, Trabajo y Desarrollo Tecnológico. Cantabria.
  • Dirigido a: Mujeres en ocupaciones con menor índice de empleo femenino.
  • Descripción: Contratación indefinida de desempleadas a jornada completa y transformación de contratos temporales en indefinidos.
  • Plazo de Presentación: 04/10/2005
  • Información e Inscripción: Boletín Oficial de Cantabria de 31/03/2005

 

Programas de fomento del empleo estable: ayudas a la contratación de personas desempleadas en riesgo de exclusión social

  • Convoca: Consejería de Economía, Hacienda y Empleo de la Generalitat Valenciana.
  • Dirigido a: Empresas, personas físicas y entidades sin ánimo de lucro.
  • Descripción: Se trata de ayudas para incentivar la contratación de personas desempleadas que pertenezcan a un colectivo con riesgo de exclusión social.
  • Plazo de Presentación: 30/12/05
  • Información e Inscripción: Consejería de Economía, Hacienda y Empleo de la Generalitat Valenciana. Diario Oficial Generalitat Valenciana del 15/09/2004

 

Programa de ayudas para la Integración Social

  • Convoca: Obras Sociales CAM.
  • Dirigido a: Organizaciones sin Ánimo de Lucro cuya finalidad sea la integración de colectivos de especial vulnerabilidad y/o con graves dificultades sociales.
  • Descripción: La entidad solicitante debe estar circunscrita a Comunidad Valenciana, Región de Murcia, Madrid, Cataluña o Baleares.
  • Plazo de Presentación: 07/06/05
  • Información e Inscripción: Obra Social de la CAM; Web: http://obrasocial.cam.es/cargaindex.asp?pActividad=3



OTROS

Premios Francesc Candel de buenas prácticas para la integración de inmigrantes

  • Convoca: Fundació Lluís Carulla
  • Dirigido a: Entidades e instituciones
  • Fecha: 1 de octubre de 2005
  • Descripción: Las propuestas presentadas habrán de explicitar la motivación inicial, una descripción de las características de la acción llevada a cabo y una valoración de los resultados obtenidos.
  • Información e Inscripción: Web: http://www.fundaciolluiscarulla.org/esp/premios_dinamicos2.cfm?id_premio=1

V Jornadas Técnicas: Profesionales y Orientación. El impacto de la Inmigración.

  • Organización: Sieres.org y Asoc. SOIS
  • Patrocinan y colaboran: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Fondo Social Europeo y Fundación Luis Vives.
  • Lugar: Facultad de Psicología.
    Universidad Complutense de Madrid.
    Salón de Actos José Germain.
    Campus de Somosaguas
    28223 Pozuelo de Alarcón (Madrid).
  • Fecha: 19 y 20 de Mayo de 2005
  • Fecha límite de inscripción: 16/05/2005
  • Más información: http://www.sieres.org o daniel.fernandez@sieres.org

 


 

 

IGUALaIGUAL

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