IGUALaIGUAL
 
Número 8. Junio de 2006.
 
¿Por qué hoy sí?

 

¿Y POR QUÉ HOY NO...?

 

Tienes, en la pantalla de tu ordenador, la octava edición de IGUALaIGUAL. Pueden parecer pocos números para una revista. Y de hecho, lo son. Pero, si haces memoria, el número uno de IGUALaIGUAL llegó a tu buzón de correo electrónico, en noviembre de 2003. Ciertamente, son pocas ediciones, pero el inexorable paso del tiempo da una perspectiva distinta. De hecho, es probable que ni siquiera hayas caído en la cuenta de que ya llevabas dos años y medio recibiendo este “emailzine” dedicado a la igualdad. Está mal que te lo digamos desde esta misma pantalla de tu ordenador, pero IGUALaIGUAL ya se había hecho un hueco tan propio y exclusivo en tu buzón, que es fácil que, en este tiempo, hayas cambiado de ordenador y, en el nuevo, hayas abierto también una carpeta para IGUALaIGUAL.

Podemos hacer gala de arrogancia, porque somos tu revista de igualdad y tu revista debe ser arrogante. ¡Y no lo seas...! Te dedicas a la orientación laboral, así que tienes muchas probabilidades de ser mujer y pocas de tener un cargo de responsabilidad. Si tu revista de igualdad no es arrogante, no te iba a servir de nada.

IGUALaIGUAL nació sin fecha fija de publicación. No sacaríamos muchos números al año, pero los publicaríamos siempre que hubiera un motivo. Ha funcionado muy bien. El motivo de esta edición de IGUALaIGUAL es que, de ahora en adelante, no vamos a necesitar buscar una excusa especial para hablar contigo sobre igualdad. De ahora en adelante, vamos a citarnos contigo un mínimo de cuatro veces al año: 8 de marzo, junio-julio, octubre y diciembre. Eso, como poco. En alguna de esas ocasiones, o en cualquier otra fecha, habrá un acontecimiento que lo pida. En otras, no. Pero, en todas, estarás tú, que siempre eres el mejor motivo.

 

Dicen los periódicos

 

Dicen los periódicos...

Mejorar la calidad de vida de las prostitutas, con medidas de apoyo a sus hijos/as y propuestas de itinerarios formativos y laborales, para las mujeres dedicadas a esta actividad que deseen abandonarla, será el eje de un plan de medidas de apoyo y ayuda a las prostitutas que está coordinando el Departamento de Vivienda y Asuntos Sociales del Gobierno Vasco. Para el mismo, se contará con la colaboración de las tres diputaciones forales y los ayuntamientos. Se espera que este conjunto de medidas esté aprobado, antes de fin de año. En la actualidad, Asuntos Sociales está realizando diversas consultas al resto de los organismos implicados, con el objetivo de recabar información sobre los recursos de que se dispone en esta materia, en el País Vasco, aunque, principalmente, se concentrarán en las carencias más acuciantes.

Veinte años después de que se pusiera en marcha, la India ha reaccionado en contra de la contracepción por género, un fenómeno que ha evitado el nacimiento de 10 millones de mujeres en ese país, por la vía de la determinación del sexo de un feto y la práctica de un aborto, únicamente porque se trata del feto de una futura mujer. El doctor Anil Sabhani y su asistente Kartar Singh han sido condenados a dos años de prisión y una multa de 5.000 rupias (94 euros), cada uno de ellos, por haber violado la Ley de Regulación y Prevención del Uso indebido de la Técnica de Diagnóstico Prenatal decretada en 1994. Esta norma se dictó, precisamente, para evitar este tipo de control de la natalidad, desde la discriminación por el género, una práctica ya consuetudinaria y muy común, en algunos estados de la India. El juicio ha supuesto todo un revulsivo social, en ese país. Prueba de ello es que se prolongó nada menos que cinco años. De hecho, y a pesar de que, desde occidente, las penas impuestas pueden parecer leves, hasta el momento, la sentencia se considera histórica, ya que los tribunales indios sólo habían multado a los médicos, desde que, en 1994, entrase en vigor la citada ley. El juez señaló que “los convictos no merecen indulgencia. Es debido a los actos ilegales cometidos por personas como ellos, por lo que el ratio sexual (femenino) está disminuyendo, día a día. No está lejos el día en que no habrá niñas en la India”.

Según el Estudio de personalidad de la mujer directiva española 2006, elaborado por el Instituto de Liderazgo, lo que más irrita de una mujer que, en nuestro país, alcanza puestos de responsabilidad es ser directa, dirigir con exceso de detalle y estar demasiado encima del trabajo propio y de las personas que se encuentran a su mando, ser inflexible y manifestar una cierta obsesión por la estabilidad, incluso en los momentos de grandes cambios. Por su parte, las mujeres directivas se irritan con las personas que pierden el tiempo, las que no siguen rutinas seguras de trabajo, las que son incapaces de aceptar críticas y la gente que se pasa el tiempo analizando los significados, en lugar de los hechos. Según ha manifestado José Luis Calvo, socio director del Instituto de Liderazgo, hay claras diferencias, entre los altos cargos masculinos y femeninos. Así, hay un 11,6% más de mujeres que hombres, que pueden calificarse de elogiadoras, que saben mostrar aprecio, que prefieren tomar decisiones basadas en sus valores y sus convicciones personales y que permanecen muy atentas a los posibles impactos de las mismas.

Pero parece que no todo el mundo piensa lo mismo. Javier Gómez Navarro, presidente de las cámaras de comercio españolas, ha expresado recientemente su escepticismo sobre la eficacia de la Ley de Igualdad. Según Gómez Navarro, la nueva ley planteará problemas operativos “que deberían haberse analizado antes”. El presidente de las cámaras ha provocado las iras de los sindicatos y de responsables del gobierno, tras señalar que “la igualdad de la mujer supone problemas reales para las empresas que hay que saber afrontar”.

Por el contrario, las empresas y entidades MRW, Banesto, Iberdrola, Sanitas, Ferrovial, Schering Plough, Decepal, TQ Tecnol, David Rey Marketing Outsourcing, el Instituto de Fomento de la Región de Murcia, Prisma y Cintra recibieron, hace escasas fechas los primeros certificados de Empresa Familiarmente Responsable, de la mano de la secretaria de Estado de Asuntos Sociales, Amparo Valcárcel, y de la Fundación +Familia.

 

Interesa

“No se trata de reducir horarios, sino de mejorar su eficiencia”


Ignacio Buqueras, presidente de la Comisión para la Racionalización de los Horarios Españoles

Ignacio BuquerasLa condición previa para racionalizar nuestra productividad pasa por establecer las seis de la tarde, como tope efectivo y real del horario de trabajo. Éste es uno de los principios básicos que propugna Ignacio Buqueras, en su libro “Tiempo al tiempo” (Ed. Planeta). Así las cosas, la Comisión para la Racionalización de los Horarios Españoles se plantea un trabajo ingente, atacando en dos frentes. Por un lado, intentan que los altos cargos de la administración pública sean un ejemplo a seguir por todos los sectores productivos, lo que no es fácil. Y por otro, están trabajando estrechamente con la CEOE, una organización que se ha manifestado públicamente en contra de la conciliación de la vida laboral y la familiar. “Hay que buscar soluciones. Pero soy optimista. Siempre he dicho que el camino a recorrer es largo, difícil y complejo”, asegura.

 

El objetivo es racionalizar los horarios. Cierto. Y es un loable objetivo, cara a que nuestro sistema productivo se integre en un proyecto tan ambicioso como el que se agrupa bajo la “denominación de origen” Unión Europea. ¿Pero semejante objetivo de racionalizar los horarios de trabajo no implica, además, racionalizar la vida, toda la vida de todo el país?

Evidentemente, la racionalización de nuestros horarios implica un cambio importante en la vida de España y los españoles, pero un cambio para mejor. Nuestras propuestas no sólo van dirigidas a los horarios laborales, sino que abarcan las 24 horas. Si logramos racionalizar el tiempo que actualmente dedicamos, en la mayoría de los casos, a nuestra actividad laboral, tendremos más tiempo para poder conciliar nuestra vida personal, familiar y laboral, tendremos más tiempo para nuestro ocio y para nuestro descanso. Entendiendo bien que no estamos propugnando la reducción de los horarios laborales. Mantenemos las ocho horas, o las que marquen los convenios laborales, pero no en jornadas partidas con excesiva parada entre la jornada de mañana y tarde, que suelen ser de dos horas o dos horas y media. Proponemos la jornada continua, con un descanso máximo entre cuarenta y cinco y sesenta minutos para comer una sana dieta mediterránea.

 

¿No estamos hablando de un proceso de cambio de principios laborales que, por definición, se plantea como una tarea a muy largo plazo? Lo decimos, porque usted ha señalado a 2009, que está a la vuelta de la esquina, como el momento en que “empezarán a producirse cambios sustanciales”. 

No creo que el cambio de nuestra actual ‘cultura' laboral sea a tan largo plazo. Me reitero en la convicción de que en 2009/2010 se producirán cambios notables y sustanciales. Cada vez son más las empresas preocupadas por que sus trabajadores puedan alcanzar la igualdad y la conciliación, y estos objetivos sólo pueden ser alcanzados con unos horarios adecuados. Y se están aplicando medidas para ello. El proceso no es fácil, ciertamente, pero existe una imparable y creciente sensibilización que conduce a una necesaria racionalización de nuestros horarios.

Pedimos a todos los ciudadanos, especialmente a empresarios y trabajadores, un cambio de cultura. Hay que cambiar la cultura de la presencia por la de la eficiencia. En el Siglo XXI, no caben políticas esclavizantes ni tercermundistas. Debemos exigir y exigirnos eficiencia y productividad, y poner en evidencia a aquéllos que, por ineptitud, mala organización, o poco respeto con sus colaboradores, preconizan jornadas interminables. Hay que invitarles a la reflexión y a la rectificación, antes de señalarles como un peligro para la convivencia y el futuro.

 

En esta batalla, ¿qué ganan los pioneros? Es decir, que nos encontramos con actividades laborales y profesionales, en las que trabaja mucha gente, que se encuentran sumidos en un esquema de horarios verdaderamente desastroso, pero del que no les sirve salir, si el resto de su sector no hace lo mismo a la vez. ¿Cómo podrían abordar ese primer paso que, más que colocarles en una situación de ventaja con respecto al resto, les apartaría del resto? Estamos hablando de la hostelería, comercio o prensa, entre otros. 

Lo que usted dice es real, pero creo que la raíz de esos horarios desastrosos es fruto, por una parte, de nuestros inadecuados horarios, únicos en Europa, y de una mala organización. Cierto que hay profesiones, las liberales, por ejemplo, en las que difícilmente pueden establecerse unos horarios, pero, en estos casos, la decisión sobre lo que consideremos prioritario nos viene marcada por nuestra escala de valores, por el respeto que nos merezcan los colaboradores y por el hacer una pedagogía dirigida a clientes y proveedores. Hay, sin duda, para quien la calidad de vida es ganar todo el dinero posible, y existe también quien prefiere renunciar a parte de su sueldo, por tener más tiempo para estar con sus hijos. Hay estudios publicados que hablan de un 63% de personas de nuestro país que renunciarían a una cuarta parte de su sueldo, por estar más tiempo con la familia.

Ignacio BuquerasPor otra parte, sectores como la hostelería, en particular, en las temporadas vacacionales, en las que hay que aprovechar el tiempo al máximo para aumentar los ingresos; la construcción –en la que, generalmente, se trabaja a destajo- , o las personas que trabajan con directivos y están a expensas de los horarios de aquellos…, tienen difícil poder cambiar sus horarios. Pero, por ello, estamos trabajando para que la sociedad se sensibilice. No es admisible, por ejemplo, en la Administración , que porque un alto cargo no quiera o no sepa cumplir con su horario, porque esté más tiempo en el Ministerio, se vean afectadas una serie de personas que están por debajo en el escalafón; y todos los contribuyentes tengamos que pagar horas extraordinarias, y la energía, cada día más cara, de luces, calefacciones o aire acondicionado, hasta altas horas de la noche. Esto no es serio.

 

Los altos cargos, como obstáculo

¿Qué aporta el Plan Concilia, para la consecución del objetivo de un país con horarios de trabajo racionalizados o, como ustedes dicen, luces apagadas a las seis de la tarde? 

El Plan Concilia, puesto en funcionamiento en la Administración Pública, desde el mes de enero, puede ser, sin duda, un ejemplo y un motor de arrastre para la empresa privada.

Según el balance del primer trimestre, desde su puesta en marcha, la experiencia ha sido positiva para una mayoría de funcionarios. Pero, como antes decía, hay muchos altos cargos, por no decir todos, si exceptuamos al Ministerio de Administraciones Públicas, que no está siguiendo el Plan, y perjudicando, con ello, a muchas personas. En este importante tema, Europa aún no ha cruzado los Pirineos. No obstante, el Plan es positivo y puede y debe ser ejemplo para el sector privado.

 

La racionalización de los horarios es positiva para las empresas. ¿Hasta qué punto? ¿Han hecho mediciones, o estudios sobre rentabilidad? ¿Disponen de datos?

A mediados de abril, pusimos en marcha el Observatorio de los Horarios Españoles, con dos objetivos prioritarios, en una primera fase: un equipo de expertos y profesionales analizarán los horarios, en los distintos sectores socio-económicos y, a su vez, por Comunidades Autónomas. Los resultados, que iremos publicando trimestralmente, darán un carácter más científico a los estudios que hasta ahora hemos realizado, según los cuales, las empresas que han puesto en marcha medidas para favorecer la igualdad y la conciliación están obteniendo mejores resultados, al tiempo que sus trabajadores están más contentos y satisfechos con su trabajo. Sólo las personas motivadas son las verdaderamente productivas y rentables ¿Por qué no cunde el ejemplo más rápidamente? Ese es el trabajo en el que estamos ocupados, y en el que avanzamos, día a día.

 

Teletrabajo, una opción flexible 

¿Cuál es su opinión sobre el teletrabajo? ¿Cree que funciona? Y en ese caso, ¿piensa que puede aportar soluciones, en cuanto a la racionalización del tiempo de trabajo?

El teletrabajo es una opción, pero una opción, como es obvio, sólo aplicable en determinados casos, y que debe ponerse en práctica de forma voluntaria. Debe admitir variantes y no tener una estructura rígida. Creo que, en muchos casos, es una excelente solución, que paulatinamente, irá ganado adeptos.

 

Ignacio BuquerasSeamos claros. La CEOE se ha plantado tercamente, ante la racionalización de los horarios laborales, como ante la mayor parte de las propuestas de conciliación de la vida laboral y la familiar. Este puede llegar a ser un obstáculo definitivo, porque el trabajo de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles precisa de un elevado grado de complicidad con las empresas. ¿Cómo van a hacer frente a este obstáculo? ¿Se han planteado que el verdadero público de su campaña son las empresas y, sobre todo, las que se ponen en contra de sus principios de racionalización laboral?

Hay que tender muchos puentes, hay que dialogar mucho, hay que aportar datos solventes, hay que buscar soluciones… Soy optimista. Siempre he dicho que el camino a recorrer es largo, difícil y complejo, pero es un camino iniciado, con un objetivo claro: una mejor realización de los trabajadores, de los ciudadanos, lo que no está en contraposición con la productividad, sino al revés, vinculado a la misma.

 

CEOE, más coincidencias que discrepancias 

¿Tienen previsto algún tipo de contacto o reunión con la Confederación Española de Organizaciones Empresariales?

La CEOE forma parte de la Comisión Nacional, desde el primer día. Sus representantes han asistido a la mayor parte de las 22 reuniones celebradas. Recientemente, me reuní con su secretario general, y eran muchos más los puntos de coincidencia que las posibles discrepancias. Además, estamos en contacto con otras importantes organizaciones, como el Círculo de Empresarios, que, hace unos meses, sacó un magnífico documento sobre ‘Conciliación y productividad' o el Instituto de Empresa Familiar, entre otras…

Finalmente, no podemos ni debemos olvidar que los trabajos y las propuestas de la Comisión Nacional tienen como objetivo, como ámbito, las 24 horas, y la jornada laboral, aunque sea importante, es parte de las mismas.

Es curioso

Bueno, lo curioso es que nos sorprenda, a estas alturas de la vida, que, en España, el sexo no se conjuga en femenino. Quizá, tampoco, en masculino. Quién sabe. Y quizá ocurra también lo mismo en otros países del mundo, pero como por ahí fuera no se lo hacen mirar tanto como aquí, van (o pueden ir) de lo que no son, siempre que quieran y eso que salen ganando. El caso es que, hace algunos días, se celebró el IX Congreso Español de Sexología y se entonó la famosa letanía del “mea culpa”, un deporte tradicionalmente patrio que últimamente cuenta con más peña que nunca. Para el 53% de las españolas y el 20% de los españoles, el sexo no cubre sus expectativas: o bien, lo practican muy poco, o bien, les sabe a poco.

Ni se nos pasa por la cabeza poner en duda la realidad de tales datos, que provienen de una encuesta realizada a 2.500 personas, y que ponen sobre la mesa una gigantesca verdad, que es la que es.

Si decimos que este asunto “es curioso” no es por los datos, ni porque reflejen mejor o peor la realidad. Para nada. Lo decimos sólo por relativizar. Que no es tirar balones fuera, ni mucho menos, sino sólo un intento de situar las cosas en las coordenadas de realidad que le corresponden.

Desde hace cosa de treinta años, vas por la calle aplicando “la antena”, para ver qué es lo que le preocupa a la gente, y lo último que oyes es algo que tiene que ver, no con el sexo, sino con cómo lo practicamos. Y lo hacemos muy, pero que muy mal. De eso no se salva nadie; y menos, quienes tenemos, como especial afición, esa de mirarnos las vísceras que tenemos mal puestas o de poner palotes sobre la cantidad de colesterol del malo que ingerimos cada día. Y por supuesto, de lo mal que hacemos el amor, si es que a eso que hacemos puede llamársele así. Porque hemos heredado una cultura, en la que nuestro deber es buscar, como sea, una viga en el propio ojo: siempre hemos encontrado una viga en nuestro ojo y seguiremos encontrándola, siempre que la busquemos, que es lo que seguiremos haciendo continuamente… Y si no la tenemos, nos la ponemos. ¡Será por vigas!

Debe tratarse de una cuestión de prioridades. Todavía vivimos en un escalón demasiado bajo de la pirámide, como para fijarnos en lo que ocurre en los escalones más elevados, ésos que casi tocan el cielo. El caso es que en la vida nos hemos encontrado con nadie que se queje de lo mal que practica el amor, de si se queda con las ganas o de si lo hace sólo de cuando en vez. No, te lo juro que no nos hemos encontrado a nadie que se queje de eso, y tú tampoco. Es que, vamos, ni siquiera es significativo el número de personas que se quejan de lo poco que hacemos el amor. A estas alturas, ya, ni eso. Es decir, que no nos preocupa. Que es, más o menos, el principal resultado de la encuesta.

¿Y…? Pues que decía Freud (creemos que se trataba de este austriaco; vamos, que lo juraríamos) que hay personas que no pueden meterse a la cama, sin repasar diecisiete veces todos los grifos de su casa, por si se han dejado alguno abierto. Y así pasan su vida, que puede ser larga, productiva, socialmente perfecta… y feliz. ¡Y no pasa nada! Sólo cuando esa situación les produce malestar, reciben el calificativo de personas afectadas por la neurosis obsesiva y precisan de un tratamiento. Sólo en ese caso y nunca como norma de vida. Freud relativizó y puso las cosas en su sitio.

Por ejemplo, también están las personas, entidades y organizaciones interesadas en que la ciudadanía lleve una vida sana y practique deporte y saludable ejercicio. Tienen como objetivo en la vida procurar que vivamos más años y con mejor calidad de vida (dinero aparte). Pero saben que eso de la vida sana es una opción voluntaria y que ingerir obsesivamente hamburguesas de pastafrola es algo que le incumbe a cada habitante del planeta y a nadie más. Relativizan y ponen las cosas en su sitio.

Apostamos por la relatividad de las cosas y no vamos a explicitarnos más, porque sabemos que tratamos con personas inteligentes.

 

A veces, no se sabe qué es peor, si que le digan a una, directamente, que no tiene los mismos derechos laborales que un hombre, o que te digan que puedes cobrar lo mismo que un hombre y, después, te prohíban pisar las aceras. Porque eso, más o menos, es lo que les está pasando a muchas mujeres en Arabia Saudí (¡cómo no!). El caso es que, si ya es difícil que, en ese país, una mujer tenga los mismos derechos que un hombre (no hablemos ya de los laborales), cuando se lo reconocen, puede resultar aún peor.

Hay mujeres que trabajan en fábricas, con el mismo sueldo que sus colegas masculinos. Sí, sí…, que quede muy claro que hay fábricas en Arabia Saudí que contratan a mujeres que, para el mismo puesto de trabajo, cobran lo mismito que un hombre. Algunas hay. Y ahora, viene lo mejor. Y no vamos a comentar lo que todas estamos pensando (que trabajan en lugares físicamente separados de los hombres: allí, no se cree en las sinergias productivas de la reunión de los sexos), sino que, además, trabajan encerradas. Y cuando llaman a la puerta, si el que llama es varón (como ocurrirá, en la mayor parte de las ocasiones, por aplicación de la estadística), suena una alarma terrible y ahí las tienes a todas, tapándose con esos pañolones, en extravagante zafarrancho, para evitar ser fulminadas con la curiosidad de un hombre, o puede que para evitar que su imagen pueda ensuciar la siempre limpia mirada de un casto caballero.

Una mujer saudí puede trabajar (si, previamente, ha podido estudiar), pero no puede conducir su automóvil, para llegar al trabajo. Puede trabajar, pero muchas familias no ven con buenos ojos que sus hijas viajen en taxi. Pueden trabajar, pero no subir solas al autobús. Pueden trabajar, pero deben contar con un hombre de la familia que las acerque el trabajo. Según una encuesta, un 39% de las mujeres saudíes considera que el lugar natural de su sexo es la casa. Pues eso.

A la par

LYDIA CACHO, EL MIEDO COMO MOTOR DE LA ESTRATEGIA

 

Lydia CachoSi Lydia Cacho fuera solamente una luchadora, sería como muchas de nosotras, como yo misma me siento. Porque, hoy por hoy, a las mujeres que vivimos con la plena conciencia de formar parte de una sociedad, a las mujeres que nos interesamos por quién y qué somos, por lo que pintamos en este mundo, qué le aportamos y qué recibimos a cambio, sólo nos queda ser luchadoras. Nunca me molestaría en escribir dos líneas sobre una mujer que, como todas las demás que estamos comprometidas con nuestro sexo, lucha con todas por una sociedad para todo el mundo. Si, hoy, quiero hablar de la periodista mejicana Lydia Cacho es porque le ha tocado jugarse su propia vida, en una partida de póker, con los peores tahúres.

Lydia Cacho es una de las pocas mujeres con capacidad de proyección internacional que ha puesto en riesgo su propia vida, por denunciar los peores crímenes de feminicidio que ha conocido la historia reciente de México y la de los últimos años del pasado siglo XX, en el mundo desarrollado. Su libro “Los demonios del Edén” puso al descubierto una peligrosa red de pederastia que actuaba desde Cancún, dirigida por el libanés Surcar Kuri, en la que estaban implicados otros hombres tan poderosos como el empresario Kamel Nacif.

Es de una vergüenza sin límites sentirse miembro de un planeta, en el que ciudades que se venden al resto del mundo como paraísos (aunque sean paraísos de pago ), sirvan de escondrijo y de base a la actividad de redes de estas características. Siempre nos produce desazón darle la vuelta a una bella fotografía, porque, en el mejor de los casos, el reverso del papel no esconde nada en absoluto; y en el peor, está sucio. Pero lo que alcanza el colmo de la vergüenza es que las autoridades mejicanas, la policía y los jueces, redoblen su capacidad de emponzoñarse y se conviertan en los sicarios que actúan al servicio de redes como la de Kuri y Nacif. Lydia Cacho fue secuestrada por la policía mejicana (por alguna de las policías mejicanas, qué más da cuál) y sólo la presión internacional evitó que fuese otro cadáver más con sexo femenino aparecido en Ciudad Juárez, otro de los focos de atención del trabajo de Cacho, por cierto. Todavía está vigente su auto de prisión y debe acudir, una vez por semana, a la cárcel, para firmar como reclusa. Tiene un juicio pendiente, en el que debe probar que “Los demonios del Edén” no se publicó con la intención de difamar a Kamel Nacif.

Es la vergüenza de las vergüenzas. Pero, al menos, Surcar Kuri continúa detenido en Arizona y será extraditado a México, para responder por los delitos de pornografía infantil, abuso sexual, corrupción de menores y blanqueo de dinero. Algo queda. De momento…

Lydia Cacho ha recibido diversos galardones internacionales, galardones de todo tipo que apenas están sirviendo para que su trabajo, sacando a la luz los peores crímenes de nuestros días, no le cueste la vida. Son muchas las bandas, mafias y policías corruptas que quieren acabar con ella, en cuanto la presión internacional baje un poco la guardia. Lydia Cacho, que ha manifestado que no tiene espíritu de guerrillera incomprendida y que sólo una mujer aferrada, como ella, a la vida puede hacer frente a la muerte, está condenada a vivir acompañada, día y noche, de tres agentes federales. Algunas de las mujeres españolas que leáis este artículo sabréis bien qué significa eso, qué significa dejar de tener vida propia sólo para salvar la propia vida.

A Lydia Cacho le han preguntado qué significa para ella la palabra miedo. Y quizá porque no tenga muy claro qué es eso de tener miedo, ha respondido que el miedo es un motor para atinar en la estrategia, para no tomar decisiones impulsivas. Su miedo, pues, es nuestra lección.

Grupo Alapar

 

 

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ALAPAR, Investigación, Innovación y Desarrollo en Orientación Sociolaboral, Igualdad de Oportunidades y Políticas de Género, es un grupo de debate, propositivo y activo, en materia de igualdad de oportunidades. Está formado por seis técnicas de empleo, con experiencia en diferentes campos de la promoción de empleo: orientación, información, entrenamiento de habilidades en la búsqueda de empleo, asesoramiento a proyectos empresariales y de autoempleo, gestión, intermediación...
"El hervidero neuronal de la Pura"

"El hervidero neuronal de la Pura"
Consultorio que lo es

   

Querida Pura: Hija de mi vida. ¡A ver si va a ser verdad que, al final, no vamos a poder hacer nada, en esto de la violencia contra las mujeres! Fíjate, que mi hija, que es policía municipal, me dice que ya da igual y que está hartísima de ver que, día tras día, nos siguen matando a todas. ¿Pero no teníamos una ley contra la violencia de género?

Carmina. Campo de las Víctimas.

Querida Carmina: Qué duro es esto. Y qué duro es tener que decir ciertas cosas, Carmina. Que siempre empiezo poniéndome muy triste, cuando os escribo estas cartas, porque a todas estas mujeres, no sólo me las matan, sino que además se me mueren muy solitas. ¡La ley, Carmina, la ley…! ¡Y qué va a cambiar la ley, si quienes tienen que cambiar son algunos hombres, desde que son niños, Carmina! Tu hija, que es policía, sabe mejor que nadie que el Código Penal lleva vigente 150 años… y aún se siguen cometiendo delitos. La ley, la ley… La ley no puede con los asesinos y esto es muy triste, ya que son asesinos, cuando hay víctimas. Pero, por lo menos, en esto de la violencia contra las mujeres (que cada vez que lo digo se me revuelve el estómago), la nueva ley ha facilitado que se estudien mejor las cosas. Y fíjate, Carmina querida, que, entre enero y marzo, 21 mujeres murieron como consecuencia de los malos tratos. ¡Pero 17 de ellas no habían denunciado a su agresor! ¡Qué duro es tener que decir esto, Carmina, porque la vida es muy complicada y es fácil decir que denuncies, pero no es tan fácil denunciar…! De esas 17 mujeres asesinadas, nada menos que 12 acababan de comunicar a sus asesinos que querían separarse o acababan de iniciar su separación, porque ya no aguantaban más. Pero, claro, no habían denunciado nada, ni una bofetada. Que me da un vuelco el corazón de pensar que creían que, con eso, todo iba a terminar, sin necesidad de jueces, ni abogados. Creían que el asesino no lo iba a ser, que a veces es peor denunciar, porque eso les enfada más. Y parece que no, ¡ay, Carmina, parece que no…! Claro que la gente del gobierno dice que hay que denunciar siempre, porque así se ponen en marcha medidas de protección. ¡Pero qué van a decir, hija mujer, qué van a decir, si la ley es la ley, pero no es más que la ley! Y lo que tenemos que cambiar es la vida. Y eso es tan difícil y me da tanta rabia…

Querida Pura: ¡¿Qué es eso, hija Pura, de la compaginación de trabajar y cuidar a los críos y las crías y el abuelo y la abuela enferma y la tía que vive contigo con el Alzheimer…?! Que me dice la niña de la Zoili que se ha pasado veinte días entrando antes a trabajar, y que me sale antes que el resto…, para poderle dar la comida a su Pepón, que está con el sarampión, y las medicinas de por la tarde y eso… ¿Pero es que se pueden tomar el trabajo por el pito del sereno? Que en mis tiempos, hija, ya, ya…

Sinforosa del Gran Poder. San Bernabé de la Pascua Florida

 

Querida Sinforosa: Y no sabes tú bien, lo contenta que se ha puesto la Zoili, con que sea su hija la que atiende a Pepón (¡ay, mi niño, tan pequeñito, con el sarampión!). Que sí, hija, que sí, que ya era hora de que el trabajo no se pusiera de espaldas al pueblo, ni de espaldas a las abuelas (porque de los abuelos poco espero yo). Sobre todo, de espaldas a la mi pobre Zoili, que le ha tocado tirar de nieto lo que no está escrito. ¡Pues que sí, que hay una ley que facilita las cosas, para que trabajar no sea inhumano, por favor ya! ¡Pero si esto no es nuevo, Sinforosa, que llevo desgañitándome con el tema de la compaginación, como tú dices, ni sé el tiempo! De todas formas, oye, que la pregunta me viene que ni pintada, porque he leído, y no hace mucho, que la ley ya puede decir lo que le de la gana, que todavía lo que nos queda p'hacernos como los de fuera. Que te digo que dice Matilde Elexpuru, que fíjate que es la presidenta de la Asociación de Empresarias y Directivas de Bizkaia, que todavía a las mujeres “se nos exige mucho más que a los hombres en conciliar la vida privada con la vida laboral”. ¡Y que si lo dice la presidenta de una asociación de empresarias, no te digo nada lo que dirá una trabajadora que tenga empresario…, no te digo nada! Pero y es que es lo que yo digo, que lo que tenemos que cambiar somos la gente, que alguien nos tiene que poner nueva la cascarilla de los átomos. Que dice mi Matilde, la pobre, con toda la razón, que “las medidas para fomentar la contratación de mujeres no se deberían limitar exclusivamente a la discriminación positiva, sino que deberían incluir un componente importante de fomento de la asunción de la corresponsabilidad por parte de los hombres”. ¡Ahí, ahí quería yo llegar! Y es que no se arreglan las cosas únicamente porque venga alguien muy importante y diga, “pues, hala, que cambie esto”. No, Sinforosa, que no. Que las cosas cambian, cuando cambian desde abajo, cuando le demos la vuelta a la cascarilla de los átomos. Y que no quiero seguir, que me acelero y no me controlo y ya no sé, hija, ya no sé.

 

Querida Pura: Me dice Loli, que ya sabes que su niña entró a trabajar a la consulta de don Javier, que era “médico de la reuma”, y que la pobre, que dice pues que la tocó el culo. Y que qué puede hacer, que ya sabes que, como es tan tímida, y que dice que como siempre va con minifaldas y eso. ¡Pero que yo le he dicho que para nada, ¿eh?, que no tiene que dejar pasar las cosas, porque, si no, el tío este no para y ya verás a lo que vamos a llegar, como si fuera poco lo que ya le ha hecho! ¡Que lo denuncie y le saque una pasta!

Carola Meninges. Villachica la Mayor.

Querida Carola: Y que no le de más vueltas. Que claro que lo denuncie en cuanto pueda, porque el asunto no es moco de pavo. ¡Horroroso cómo ha puesto la cosa el Instituto de la Mujer! Mira, hija, acaba de sacar un estudio del año pasado que (espera que miro…), pues que dice que 1.310.000 trabajadoras confesó haber sido víctima de acoso sexual en el trabajo. Y que digo yo, que si hay muchas como la niña de la Loli, que, de tan tímidas, tienen miedo a decirlo (que, oye, que también les entiendo, que tampoco tienen que ser aficionadas al megáfono), pues imagínate hasta dónde sube la verdad verdadera. Lo leo, Carola, y es que me hago de cruces. De todas estas mujeres, 185.000 fueron víctimas de situaciones de acoso de las más graves, de esas de pellizcos, abrazos, besos, que las acorralaban y que les decían que si querían mejorar en el trabajo, ya sabían lo que tenían que hacer. ¡Y, sin embargo, la Inspección de Trabajo sólo levantó 120 expedientes por eso del acoso, en 2004, que todavía no se saben las cifras de 2005, pero que tampoco van a ser para echar las campanas al vuelo. Así que lo que tiene que hacer es denunciar al “don” nadie ese y decírselo a todo el mundo, para que le dejen la consulta en bragas… ¡Igual así le gustaba más! ¡Una vergüenza, Carola! Que resulta que, en todas las situaciones de acoso grave, están siempre metidos los jefes; que, en el 92% de los casos, las empresas se llamaron andana; que dos de cada tres consejos que han recibido estas mujeres, pobrecitas mías, han sido que aguanten o se vayan; y lo peor es que no sé ni para qué nos sirve la familia, porque, en más de la mitad de esos casos, les echaban la culpa a ellas. ¡Encima, por si fuera poco! Que lo denuncie, Carola, que lo denuncie, y que ni se le pase por la cabeza eso de que usa muchas minifaldas. El problema no es de su minifalda, sino de que al tipo ese se le ha clavado el pene en el cerebro y no se lo puede sacar. (Que ya no sé ni lo que me digo…)

¿Qué dice?
 

 


María Ángeles Larumbe

“Al sistema le interesa que la mujer siga en el hogar, realizando un trabajo gratuito e invisible”

María Ángeles Larumbe subraya que la conciliación entre familia y trabajo se apoya en las mujeres


Responsable de títulos como “Las que dijeron no. Palabra y acción del feminismo en la transición”, “La serpiente vencida. Sobre los orígenes de la misoginia en lo sobrenatural”, o “Una inmensa minoría”, la profesora María Ángeles Larumbe se ha convertido en un puntal de referencia del feminismo, tanto del más combativo y con gran implicación social, como el que se conoció durante la transición a la democracia, como del actual, más vinculado a la acción institucional. Pero la visión de esta profesora de la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación de la Universidad de Zaragoza se proyecta mucho más lejos, desde una revisión crítica de la historia. “Irán fue el primer país islámico en suprimir el velo, en el año 1936” , explica, para alertarnos sobre el riesgo de las ideologías que, con más fuerza que los cambios materiales, pueden hacernos viajar hacia atrás, en cualquier lugar del mundo.

 

Desde hace algunos años, tanto el gobierno de la nación como las diferentes autonomías están concentrando buena parte de su acción a favor de la igualdad entre mujeres y hombres, en la conciliación entre la vida familiar y la vida laboral. ¿No cree que nos estamos saltando etapas, en un país como el nuestro, en el que cada vez se oyen más casos, en los que, para el mismo puesto de trabajo, una mujer cobra menos que un hombre? ¿No se nos queda “un poco” lejano el concepto de conciliación entre la vida laboral y la familiar?

Ciertamente. A lo largo de estos últimos años, no se ha superado esta situación discriminatoria en lo laboral que usted apunta. En el año 2001, la publicación económica Cinco días recogía un artículo, firmado por Susana Palacios, donde se denunciaba que el salario medio de las mujeres en la UE era un 27% inferior al de los hombres, llegando, en algunos países como el nuestro, hasta el 30%.

La Comisión Europea y el Comité Económico y Social han mostrado su preocupación por esta diferencia de trato, ya que según el CES, la legislación comunitaria garantiza 'en teoría' la igualdad, en cuanto a las retribuciones entre hombres y mujeres. Pero esto sólo es en teoría. Por ejemplo, en nuestro país, el estudio "Mercado de Trabajo y Pensiones en las Fuentes Tributarias", de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT), correspondiente al año 2004, destacaba que el salario medio anual declarado por los hombres era netamente superior al de las mujeres. En concreto, mientras que los varones recibieron, en 2004, un salario medio de 17.964 euros al año, el sueldo medio de las féminas ascendió a 12.464 euros, 5.500 euros menos al año.

 

Es decir, que la conciliación en España se escribe en femenino…

Es que precisamente este estudio indicaba que la conciliación de la vida familiar y laboral continuaba recayendo fundamentalmente en el colectivo de mujeres. Este otro aspecto de su pregunta tampoco se ha resuelto con La Ley 39/1999, de 5 de noviembre, para conciliar la vida laboral y familiar de las personas trabajadoras, ya que, en términos generales, supuso la adopción de una serie de medidas tímidas, de alcance limitado y escasa resolución. La Ley presenta carencias que no sólo no han hecho variar en absoluto la situación discriminatoria que sufren las mujeres, en este terreno, sino que, además la transposición de algunas disposiciones de las directivas comunitarias de protección a la maternidad y permisos parentales, no se han concretado, ni de forma correcta, ni de forma completa.

Actualmente, en nuestro país, según un estudio del Centro de Investigación Trabajo y Familia del IESE, apenas entre un 10 y un 15 por ciento de las empresas han adoptado políticas para conciliar la vida laboral y personal de sus trabajadores, una tasa que los expertos de esta institución consideran insuficiente, pero que responde a la realidad de un mercado "creado por hombres y para hombres."

 

Así que es fácil que, si ahondamos en cómo es el mercado de trabajo femenino en España, el panorama insista en vestirnos de etiqueta, sin pasar por quitarnos el polvo de la dehesa. 

En 2003, los datos de Eurostat ponían de relieve que España seguía siendo uno de los países de la UE-25 que presentaban una tasa de ocupación femenina de las más bajas, con el 46%, un porcentaje inferior, en casi diez puntos, a la media comunitaria, situada en el 55%. A lo que hay que añadir y añadía que España es el país de la Unión Europea, donde el empleo a tiempo parcial es mayoritariamente femenino, sin olvidar tampoco la falta de igualdad de oportunidades en la promoción profesional.

De todo esto, podemos extraer la conclusión de que al sistema le interesa que la mujer siga en el hogar, realizando un trabajo gratuito e invisible -al no ser reconocido económicamente, tampoco tiene un reconocimiento social-, ya que, de no ser así, es decir, si las mujeres dejaran de realizar determinadas tareas de cuidado en el ámbito familiar, el Estado debería quintuplicar el gasto social, tal y como se afirmaba, desde el diario El País, con motivo de la celebración del día 8 de marzo del pasado año… Y parece ser que, por ahora, no está en disposición de hacerlo. Aunque se van dando pasos, hay un largo camino por recorrer.

 

No sólo lo material cambia la sociedad 

Abundando en el tema de la corresponsabilidad, ¿puede la vida laboral forzar un cambio en las estructuras mentales de las parejas, de manera que no se entienda, por ejemplo, que “a la abuela y al abuelo quienes mejor les atienden son las mujeres” ?

A la pregunta concreta que se me formula, he de decir que sí, ya que las estructuras mentales se conforman, a partir de una base material. Los cambios habidos en la consideración de la mujer, a lo largo de más de un siglo de lucha feminista, así lo demuestran. Por ejemplo, la consecución de derecho a voto, en los primeros países en los que se logra, está ligada a la incorporación de las mujeres al trabajo asalariado, para hacer frente a las necesidades de producción, derivadas de la Primera Guerra Mundial (Inglaterra, por ejemplo). Y con el feminismo de segunda generación, se repite una circunstancia parecida, en los EEUU, donde, a raíz de la Segunda Guerra Mundial y de otras cuestiones que hemos de tener en cuenta y sumar a la anterior, como la aparición de innovaciones tecnológicas (electrodomésticos) o adelantos científicos (píldora anticonceptiva), las mujeres consiguieron una mayor independencia de las tareas del hogar y el control de la maternidad y, por tanto, una sustancial incorporación al mundo laboral.

Así pues, la mentalidad se configura siempre como producto de los cambios materiales, aunque no podemos caer en el reduccionismo y negar una esfera de influencia a las ideologías imperantes. Si analizamos un caso como el de Irán, que fue el primer país islámico en suprimir el velo, en el año 1936, vemos cómo, en función de determinadas realidades políticas e ideológicas, el estatus y la consideración de la mujer ha retrocedido de modo considerable, desde hace treinta años.

 

Entonces, ¿corremos el peligro de viajar hacia atrás en el tiempo?

María Ángeles LarumbePara que la mentalidad cambie en el sentido que señalaba la pregunta anterior, son todavía necesarios importantes avances, incluso en sociedades modernizadas como la nuestra, donde, como ya hemos dicho anteriormente, la incorporación de la mujer al mundo del trabajo sigue estando por debajo de la media europea, donde recaen sobre el colectivo femenino las peores condiciones laborales y los más altos índices de paro y donde se le sigue asignando las tareas de cuidado de los otros, en el ámbito doméstico. Sin duda, sería necesario que se desarrollara más amplia y profundamente toda una red de servicios sociales, cuya responsabilidad compete al Estado. En caso de no ser así, resultará difícil alcanzar a medio plazo ese objetivo, centrado en el necesario cambio de las mentalidades, para conseguir una verdadera igualdad.

 

La CEOE es el obstáculo  

Ciertas opiniones aseguran que hay una España anquilosada en formas sociales que nada tienen que ver con los conceptos de sociedad que se utilizan en el Parlamento de Estrasburgo. Para esta España, la conciliación de la vida laboral y la familiar, no es sino la posibilidad de tener más días de fiesta. Y poco más. No se contempla esta conciliación, desde el prisma de un objetivo de igualdad entre mujeres y hombres, es decir, como algo que implica la atención de responsabilidades comunes. Pero no por ello, claro está, nuestro país debe abandonar este tipo de proyectos. ¿Qué se puede hacer para evitar que esa parte de la población más alejada de un modelo social del siglo XXI se quede en el andén y ni siquiera vea que ese tren que pierde es el tren del futuro?

Habría que matizar la crudeza de la afirmación que, a nuestro juicio, es una reminiscencia de una particular visión de nuestro país que se ha ido difuminando en las últimas décadas. No negamos las resistencias que se señalan, pero son evidentes algunos avances, en el terreno de la igualdad, como lo demuestran medidas tales como la Ley Integral contra la Violencia de Género, el Anteproyecto de Ley de Igualdad, el reconocimiento legal del matrimonio entre personas del mismo sexo, cuestiones que todavía no tienen equivalente en países de nuestro entorno europeo más próximo.

En cierto sentido, esta pregunta enlaza con la anterior. Quizás, esas resistencias sociales y de mentalidad pueden llevar a que algunos se aprovechen de medidas, como el permiso de paternidad, contempladas, por ejemplo, en el Plan Concilia. No obstante, intuimos que los mayores obstáculos para el desarrollo y cumplimiento de medidas igualitarias, como las que acabamos de mencionar, los encontraremos en un empresariado que, de entrada, se ha mostrado muy reticente y contrario a aceptarlas, para su puesta en marcha en el sector de la empresa privada, donde (parece ser, si atendemos a las declaraciones hechas por la CEOE) no se contempla la necesidad de la conciliación entre la vida laboral y familiar, como un objetivo de futuro.

¿Qué se puede hacer…? De nuevo, aquí, hemos de recalcar el papel fundamental que sigue desempeñando el movimiento feminista, una de cuyas tareas será acicatear a la sociedad y a los llamados agentes sociales, para poder llevar a buen puerto esta necesaria conciliación.

 

¿ Y cree usted que la sociedad española es receptiva a las aportaciones del feminismo? ¿Esta palabra sigue provocando rechazo?

Sin lugar a dudas, la sociedad española actual tiene muy poco que ver, en muchos aspectos, con la de hace tan sólo treinta años y en ese cambio el movimiento feminista ha sido determinante. Indiscutiblemente, la palabra feminismo sigue despertando, en ciertos sectores, rechazo e incomprensión, que se manifiestan en esas resistencias que mencionábamos antes. Pero es incuestionable la influencia ejercida por el movimiento feminista, desde la transición, en todos los terrenos de la vida social. Las que hemos vivido esos años recordamos todavía, no ya cuál era nuestra situación legal, laboral…, sino la imagen que de la mujer proyectaban los medios de comunicación, el cine y la literatura. Hoy, esa percepción social ha sufrido un vuelco radical y este cambio guarda una relación directa con la actividad desplegada por las feministas. Buen ejemplo de que, hoy, las demandas formuladas por las feministas, hace ya muchos años, no pueden ser obviadas es la atención que, desde cualquier programa electoral del signo que sea, se presta a todo aquello que tiene que ver con las mujeres.

 

Del feminismo combativo al institucional

¿Cómo fue el feminismo de la transición democrática española y cómo es el actual? ¿En qué ha cambiado, qué permanece, en qué sentido ha evolucionado?

El feminismo durante la transición fue un feminismo combativo, de base, en gran medida independiente de las formaciones políticas, plural, atento a una realidad que discriminaba, de manera evidente y notoria, a las mujeres en todos los ámbitos y que urgía cambiar. No cabe duda de que, con su palabra y su acción, las feministas lograron buena parte de su agenda reivindicativa, pudiendo afirmar que lo conseguido gracias a su tesón es uno de los legados más importantes de ese periodo.

El feminismo actual está vinculado directamente, salvo escasas excepciones, a las instituciones, sean estatales, autonómicas o municipales, y en ese sentido, no alcanza el impacto social que tuvo a lo largo de la transición. Sin embargo, su labor es imprescindible, para dar respuesta a nuevos y viejos problemas que siguen siendo un obstáculo para la igualdad.

 

¿Hasta qué punto la necesaria convivencia con otras culturas (a través de los inmigrantes que entran en España, dicho claramente), en las que las mujeres se encuentran en una situación de mayor discriminación, puede llegar a ralentizar el camino hacia la igualdad, si es que cree que se produce esa ralentización?

Es deseable que sea justamente al revés. Una adecuada integración de las personas inmigrantes a los modelos socioculturales imperantes en nuestro país debemos esperar que conlleve un mayor grado de autonomía, independencia e igualdad para las mujeres que forman parte de ese colectivo.

 

Resulta indiscutible que las sociedades se enriquecen, cuando se relacionan y entremezclan. Pero, en países tan cercanos como Francia (y en algunos lugares de España también, como es el caso de Cataluña), no ha habido tal convivencia entre culturas, sino que, por el contrario, se han manifestado graves enfrentamientos: así, los casos de las niñas musulmanas a las que sus padres les imponen el velo o les prohíben hacer gimnasia, por la ropa que tienen que utilizar, por poner un ejemplo de enfrentamiento entre, para entendernos, “lo que hay y lo que llega” . ¿Cree que hay culturas e incluso civilizaciones exiliadas del futuro o que entienden el futuro de una manera incompatible a como lo entendemos en Occidente?

Sin caer en el evolucionismo ingenuo, podemos aceptar una cierta lógica en los procesos de transformación social que conducen a todas las sociedades, incluida también la nuestra, a mayores cotas de igualdad y de libertad. Creo firmemente que el futuro se inscribe en ese sentido, para todas las culturas, aunque ahora parece evidente que algunas progresan más lentamente por ese camino.

El caso más llamativo, en estas últimas décadas, lo presenta el mundo islámico, que cobra un particular relieve en Europa, en función del proceso migratorio. El renacer del fundamentalismo religioso en el Islam tiene causas múltiples y muy complejas, de las cuales sólo me atrevería a señalar una, por su importancia: la situación de dependencia económica y tecnológica que vive respecto al mundo occidental. Esta es una de las causas que, aunque no podamos entrar aquí y ahora a analizarla en profundidad, nos ayuda a comprender ese rebrote de fundamentalismo religioso que condiciona y pesa sobre tantos millones de mujeres y que, me aventuro a opinar, es un hecho que terminará por ser superado. No obstante, su pregunta está orientada a la preocupación que este fenómeno genera en nuestra sociedad. Es peligroso que se generalice la opinión de que el respeto hacia otras culturas debe suponer un grado de total comprensión hacia algunas de sus tradiciones que, desde el feminismo, entiendo son inaceptables. Podríamos mencionar aquí prácticas tan aberrantes como la mutilación genital o la imposición del velo, los matrimonios concertados e impuestos; todas ellas son un atentado contra la dignidad y los derechos de las mujeres.

 

No sólo educa la escuela 

¿No cree que el trabajo genuinamente útil para llegar a ser una sociedad en la que hombres y mujeres puedan actuar como ciudadanos en pie de igualdad debe realizarse desde la escuela? ¿Los curriculares de enseñanza son efectivos a la hora de formar continua y transversalmente a niñas y niños, durante su periodo de aprendizaje, para que se entiendan mutuamente como personas que comparten su naturaleza de ciudadanas y que merecen las mismas oportunidades?

Como docente, veo con un cierto escándalo cómo se carga en exceso la responsabilidad educativa exclusivamente en la escuela que, por otra parte, ésta no puede eludir. Como dice el profesor de Filosofía, José Antonio Marina, apoyándose en un adagio africano, “para educar a un niño, se necesita toda una tribu.”

El proceso de educación y de formación ideológica, en las sociedades desarrolladas, se ha tornado muy complejo. Al niño/a, le educa no sólo la escuela, sino también la familia, los medios de comunicación visual, la sociedad consumista, los valores imperantes que advierte constantemente en su vivir cotidiano y que, desgraciadamente, en ocasiones, chocan con los que formalmente se le quieren transmitir en la institución escolar. En ese sentido, la labor formativa demanda de una mayor conciencia social en su conjunto.

Por otra parte, he de darle la razón acerca de que la escuela como institución de educación formal debe potenciar la revisión de sus materiales curriculares y elaborar otros, sin la carga sexista que todavía algunos muestran. Así mismo, es necesario seguir reivindicando una escuela verdaderamente coeducativa y salvar determinadas lagunas y silencios, respecto a la contribución de las mujeres en todos los ámbitos.


Se va a hacer
CURSOS

Nuevas fronteras en la igualdad de oportunidades: agentes de socialización

  • Órgano Convocante: Universidad Santiago de Compostela Concello de Lalín
  • Fecha de inicio: 11/07/2006
  • Fecha de finalización: 14/07/2006
  • Precio: 115 Euros; 65 Euros para:estudantes de calquera universidade licenciados ou diplomados universitarios en paro profesores e PAS da Universidade de Santiago de Compostela
  • Información e inscripción: Teléfono:  986 782352; Email:  igualdade@lalin.org . Url:  http://www.lalin.org/igualdade/

 

AYUDAS

Subvenciones al empleo "Emprender en Femenino"

  • Convoca: Instituto de la Mujer
  • Dirigido a: Mujeres
  • Descripción: Fomentar la inserción laboral por cuenta propia de las mujeres que se hayan constituido como trabajadoras autónomas o hayan creado una sociedad, con independencia de la forma jurídica que adopten, exceptuando las sociedades de economía social, incluyendo las sociedades civiles y las comunidades de bienes.
  • Plazo de Presentación: 28/06/2006
  • Información e Inscripción: http://www.mtas.es/mujer/concursos/ayudas/acceso_directo/enfemenino.htm. Teléfono de información gratuita: 900 19 10 10

 

OTROS

I Foro Intercultural das Migracións

  • Convoca: Secretaría Xeral de Emigración. A Coruña
  • Dirigido a: Público interesado
  • Fecha inicio: 22/06/2006
  • Fecha fin: 23/06/2006
  • Lugar: Edificio FEUGA, Campus Sur, Santiago de Compostela
  • Información e Inscripción: cidademais1@galiciaaberta.com

IX Concurso de Cuento No Sexista "Rosa Chacel" 2006

  • Convoca: Consejería de Empleo y Mujer
  • Dirigido a: Personas interesadas, mayores de 18 años.
  • Objetivo: Promoción de valores de igualdad que disminuyan los prejuicios y estereotipos de género, creando una literatura para niñas y niños que contribuya a un cambio de mentalidad y consolide valores culturales de igualdad en los que las mujeres aparezcan participando activamente en la vida política, social, económica y cultural en igualdad de condiciones que los hombres. Todo ello a través de un uso no sexista del lenguaje que permita que no se perpetúen los viejos valores y modelos discriminatorios aprendidos, transmitiendo conceptos y actitudes que ayuden a avanzar hacia una igualdad real en el seno de nuestra sociedad.
  • Información e Inscripción: http://www.madrid.org

 

 

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