IGUALES POR SUS ACTOS
Ponencia 4 . Cincuenta años de retraso
La campaña Iguales por sus Actos está dirigida expresamente a los hombres que nos dedicamos a la orientación sociolaboral y pretende que tengamos las ideas mucho más claras sobre la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, las políticas de género y la conciliación entre familia y trabajo. Iguales por sus Actos constará de siete mensajes, sobre los que los orientadores sociolaborales queremos manifestar nuestra opinión, y culminará con la celebración de una mesa redonda online. Participa, seleccionando alguno de los párrafos que te presentamos más abajo o, si lo prefieres, aporta libremente tu propia reflexión personal. Tu participación será tu ponencia, aunque, finalmente, tendrás también la opción de matizarla, ampliarla o, incluso, cambiarla, si así lo deseas, cuando se abra el plazo para la mesa redonda o foro online al que te invitamos. Es decir, que puedes limitar tu participación a los textos que selecciones o a las reflexiones que libremente nos remitas, pero también puedes optar por una posición más activa, durante la mesa redonda online, con la que culminará la campaña.
Cincuenta años de retraso
Exposición general del tema
¿Somos la catacumba obstinada en seguir siéndolo de la Unión Europea? Hay quien dice que sí, que conceptos como "igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres", "políticas de empleo" o, más recientemente, "conciliación de la vida laboral y la vida familiar" son, en nuestro país, mucho más que palabras o incluso bastante más que objetivos sociales, laborales y políticos. Son, desgraciadamente, la constatación de un grave retraso que nos aleja de la evolución que puede considerarse normal, en el mundo occidental: que es nuestro ineludible mundo, nos guste o no nos guste. Las personas que nos dedicamos a orientar a otras personas en su búsqueda de empleo no somos aún lo suficientemente conscientes de la importancia que tiene nuestro trabajo, en la transmisión de valores sociales. Quiere ello decir que nuestra inacción no nos mantiene equidistantes. Por el contrario, nuestro silencio ahonda en la catacumba y nos convierte en el refuerzo involuntario de ese conjunto de valores que convierten a nuestro entorno más próximo (territorio o comunidad autónoma) en la caja de resonancia de un mundo, al que otras sociedades europeas (de las que nos gusta considerarnos iguales) comenzaron a darle la espalda, hace nada menos que cincuenta años.
Pero aún hay quien considera, muy seriamente, que las políticas de empleo deben seguir considerándose desvinculadas del horario escolar, porque, al fin y al cabo, la relación entre la familia y las niñas y niños escolarizados se realiza, a través de la madre. O, en su defecto, los abuelos, a quienes, de esa manera, se les busca una ubicación en el apartado de las necesidades sociales de nuestro ineludible mundo. Hay quien asegura que no se consigue nada ampliando el concepto de trabajo al trabajo no asalariado que realizan las mujeres en la familia, porque es más interesante que ellas encuentren un trabajo remunerado fuera de casa. Hay quien considera que es más importante la consecución y el mantenimiento del pleno empleo que la reordenación del tiempo de trabajo, tanto de la jornada laboral como del ciclo profesional vital, porque sólo el pleno empleo y los salarios altos hacen del trabajo un concepto enriquecedor que nos concilia con la vida familiar. Hay quien dice que los ayuntamientos no deberían preocuparse de la universalización de actividades extracurriculares para ocupar las tardes de los y las escolares, porque es más interesante, por ejemplo, intentar reciclar y reinsertar a las poblaciones marginadas de cada municipio.
Este es un debate de proporciones gigantescas. Sería interesante que, como técnicos de orientación sociolaboral, tuviéramos claro cuáles de estos dos valores estamos transmitiendo a las personas que son las usuarias de nuestra actividad profesional. Tanto si actuamos de una manera consciente o premeditada, como si queremos eludir cualquier sensibilización sobre estos temas, estaremos en una de las dos posturas. Callar o hablar no significa, aquí, permanecer en silencio.
¿Qué opinas de todo esto?
Aporta tu propia reflexión para la mesa redonda final de la campaña, o, si lo prefieres, opta por alguno de los textos que reproducimos a continuación. Para canalizar tu participación en la mesa redonda, es imprescindible que nos facilites tu nombre y dos apellidos (no es necesario que aportes ningún otro dato). AOSLA-Gizalan respetará la inviolabilidad de los datos personales amparada por la ley, rechazando expresamente cualquier otra utilización ajena a esta campaña.