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SOY TAN BUENO COMO UNA ORIENTADORA 

 

6. Con el cuento, al comité

 

Si eres hombre y te dedicas a orientar a otras personas, en su búsqueda de empleo, eres una víctima. Porque estás en minoría. ¡Al menos, en la base de la pirámide, sí estás en minoría! Puede que quien toma las decisiones, ese personaje con quien te peleas, cuando hablas del sueldo, sea, como tú, un hombre... Pero es sólo un espejismo. ¡Tío, estás rodeado de mujeres! Esta profesión es así de injusta: si aplicamos la estadística, lo más probable es que “los mejores orientadores” sean realmente “las mejores orientadoras”. ¿Qué te parece? Es sólo cuestión de números. Pero estamos contigo. Esta campaña reivindica tu derecho a trabajar tan bien como ellas. Es un derecho que tienes, claro que sí. Pese a que las estadísticas se te pongan en contra, puedes llegar a ser tan bueno como una orientadora. O por qué no, quizá incluso ya lo seas. Y estás ahí, arrinconado entre bolsos. Queremos que, en un mundo profesional femenino, tu trabajo sea también conocido... y reconocido. Te queremos dar las claves para que trabajes de igual a igual con tus compañeras. Y no olvides que en esta campaña, participas tú: ya sea con tu silencio o activando una respuesta. Contabilizaremos tu actitud, porque eso es imprescindible, para las minorías. Porque, qué diablos..., también nosotros podemos ser tan buenos orientadores como ellas.

 

 

 

Pues vale, todo el mundo a quejarse. Pero ellas, por delante. Porque el Comité de Empresa está para eso, se les libera para que se encarguen de esas cosas. ¿O no? ¡Pero, claro, alguien se lo tiene que decir! Y parece que las mujeres no están por esa labor. O por lo menos, no puede decirse que lo esté la mayoría de ellas. Si es que esto es lo que hay: campañas, publicidad, propaganda... ¿Pero ya saben los Comités de Empresa que ese tipo de problemas preocupa a las trabajadoras? Yo no tengo por qué sentirme culpable por fallos que no he cometido. Bastante tengo con lo que tengo. Que cuando he tenido que hablar con alguien del comité de empresa, he ido yo solito. ¡Y en muchas más ocasiones, he ido también yo solo, cuando he tenido que presentar una queja directamente a la empresa! La gente del Comité de Empresa está sensibilizada en ese tipo de problemática que, si hablamos con sinceridad, son problemas específicos de las trabajadoras. ¡De las compañeras trabajadoras...! Que yo soy el primero en solidarizarme. Cuentan con todo mi apoyo.

 

Pues vale, que cada cual se queje de lo que, hablando con sinceridad, es su problema específico.

 

Así que, por ejemplo, ¿de quién es problema específico “el sueldo”? ¿De hombres y de mujeres...? Bien, pues vamos, hombres y mujeres, al Comité de Empresa o a donde haga falta.

 

¿Y el tiempo para ir al médico? Eso es lo mismo para mujeres que para hombres, ¿verdad? Bien, vayamos juntos.

 

¿Y si tienes que llevar al médico a tu hijo? Eso debe ser cosa de la empresa donde trabaja tu mujer, claro. En ningún caso, tu problema.

 

¿Y si tu padre o tu madre, o ambos, se ponen enfermos...? ¿Eso también es cosa de tu mujer...?

 

Tus hijos e hijas, tu padre y tu madre, tu mujer, todas las personas que vivís en familia compartís intereses comunes. Lo de atender a otras personas que no sean tú es algo que os afecta a todas las personas de la unidad familiar. No es un asunto de mujeres, trabajadoras o no.

 

Si tus “compañeras trabajadoras” tienen que sacarse solas las castañas del fuego, también le debería pasar lo mismo al resto de las personas que compartís la unidad familiar. Si tú no apoyas a tus compañeras en la reivindicación de derechos que interesan lo mismo a mujeres que a hombres, igual le ocurrirá a tu mujer, a tu hija en su trabajo o a tu hijo en el suyo.

 

No podrán ayudar a su familia, pero tampoco tu familia podrá ayudarte a ti.

 

Como el salario, la jornada laboral o el derecho a sindicarse, la conciliación de la vida laboral y la vida familiar es un asunto que afecta a todas las personas que trabajan en la empresa.

 

Como el periodo vacacional o los días por asuntos propios, el reconocimiento de que las mujeres son víctimas de la discriminación salarial es un asunto que afecta a todas las personas que trabajan en la empresa.

 

Igual que reivindicamos el derecho a no perder el puesto de trabajo cuando estás enfermo, también debemos sensibilizarnos con las mujeres a las que se les concede una responsabilidad en la empresa, pero tienen que desarrollar su trabajo sorteando zancadillas.

 

Así que también te interesa ir con el cuento al Comité de Empresa.

 

 

  • Si piensas que lo que verdaderamente ocurre es que estamos hablando de cosas de mujeres, no le des más vueltas y olvida este mensaje. Contabilizaremos tu silencio en ese sentido.
  • Si, por el contrario, piensas que todo aquello que es bueno para que trabajadoras y trabajadores trabajen para vivir, en lugar de vivir para trabajar, es un asunto que interesa a toda la plantilla de la empresa, .

 

 

Tu participación es anónima y confidencial, de acuerdo con la Ley Orgánica 13/12/1999 de Protección de Datos de Carácter Personal.


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