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ES COSA DE HOMBRES

El jefe, como arquetipo de discriminación en un servicio de orientación sociolaboral

 

ES COSA DE HOMBRES Eres hombre y te dedicas a la orientación sociolaboral. Así que, tranquilo, que algún día serás el jefe. No escurras el bulto, ni desvíes la vista con falso pudor. La estadística te lleva hacia una poltrona y un despachito. Y la estadística es la madre de todos los vaticinios. No te va a resultar fácil, aunque el techo de cristal siga estando curiosamente de tu parte. Pero el duro banco de la galera te va a poner al frente de un puñado de chicas quejosas, de esas que "ya te veían venir" y todas esas cosas... Nada que no arregle una buena jubilación anticipada, por cierto. Por eso, esta campaña está dirigida a ti. Porque sólo tú puedes comprender eso que llaman "la soledad del líder". Tu responsabilidad es grande, así que no vas a leer cada una de estas fichas informativas gratuitamente y sin más. O eliges estar a favor de la opción que te presentamos, o te apuntaremos en la contraria... Es lo que tienen los privilegios de nacimiento. Que obligan.

 

 

4. Tu jefe ya se ha enterado de que “la cima” no tiene sexo

 

 

¡Pero qué dices, hombre! Mira, lo que no se puede pretender es que alguien quiera ser jefa, sin tener la actitud adecuada. Lo voy a decir de otra manera: no sólo eres jefa, porque sabes hacer mejor el trabajo. Con eso, sólo consigues ser la empleada del mes, durante toda tu vida. Eres jefa, si sabes ser jefa. Si no hay “actitud” hacia un puesto de mando, no hay capacidad para ese puesto de mando. Si necesitas un entrenamiento especial para aguantar la tensión de un puesto de responsabilidad, siempre va a haber un hombre que te adelante. Y, además, cuando se alcanza un determinado nivel, no sólo se gana más dinero. Es bastante más que eso. Hay que aguantar el tirón y ser capaz de llegar a fin de mes, con la cabeza sobre los hombros. Y entonces, sí, cobras más, ya. Pero hay quien sólo se fija en que el sueldo es mejor. Y, luego, claro, no llegan.

 

Es de creer que tú sabes orientar. Tú, que te calificas de orientador y que eres capaz de avalarte a ti mismo con un interesante listado de personas que han encontrado un puesto de trabajo, gracias a tus habilidades. Seguro que has orientado a esas que llaman personas con especiales dificultades de inserción. ¡Y seguro que lo has conseguido! En muchos casos, habrás comprobado que se trata de personas, cuyo acceso al mercado de trabajo no está limitado, ni por su aptitud, ni por su actitud, sino por el propio mercado de trabajo... Es de creer que tú sabes eso mejor que nadie. Sobre todo, si vas a ser jefe.

 

Deberías saber, entonces, que las mujeres tienen que hacer frente a serias limitaciones para trabajar. Su entrada en el mundo del trabajo no es fácil. Tienen que demostrar más valía y habilidades que un hombre, para acceder a un determinado puesto. Una vez que lo han conseguido, cobran menos que otro hombre en un puesto similar. Ya lo de ascender de categoría, queda reducido a una “inevitable” minoría, algo así como las agraciadas con la lotería laboral. Y una vez en los puestos de jefatura, trabajan solas, sin compañeros ni compañeras que valgan.

 

¡Bueno, pero ahora, dime, sinceramente, si no recomendarías para un cargo de responsabilidad un perfil de estas características! ¿No crees que alguien que ha pasado por todo esto, si de algo puede alardear, es de “aguantar el tirón” y mantener la actitud conveniente? ¿No recomendarías un perfil de esas características, si se tratara de una empresa o entidad que no es la tuya?

 

No estaría de más un poquito de humildad. Y también de solidaridad, con alguien que te puede echar una mano. No deseches esa ayuda, porque nunca sabes cuándo podrá resultarte útil. Siempre hay otro jefe, que está por encima de ti, poniendo palotes, que, para mantenerse en el machito, puntúa más al mejor... O a la mejor, chavalote, o a la mejor.

 

 

  • Si piensas sinceramente que, cuando orientas a mujeres, estás enviando al “degolladero de trabajo” a personas a quienes les va a resultar imposible superar las serias limitaciones que se les imponen, ante puestos de alta dirección, ni lo muevas. Contabilizaremos tu silencio en ese sentido.
  • Si piensas todo lo contrario, .

 

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