SIN HORARIOS, SIN LÍMITES
La conciliación mejora la calidad de tu servicio
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1. Concilia, se trata de tu pasta
Rompemos definitivamente con la Europa desarrollada, si confundimos Conciliar con la generación de nuevos y mayores espacios de ocio.
Correctamente planteado, Conciliar significa trabajar más, porque su único objetivo es que tú trabajes mejor. Y no, que descanses más.
Caer en el error de confundir Conciliar con el derecho al tiempo libre es decadente. Más aún, en Orientación Sociolaboral. Y más todavía, si queremos pertenecer a la Europa desarrollada. Si algo prueba la crisis por la que estamos atravesando es que salir de la mediocridad es un objetivo prioritario de toda la sociedad.
También es un síntoma de decadencia vivir en el engaño, caer en la trampa de los números. Por ejemplo, en España, trabajamos 232 horas anuales más que en el resto de la Europa desarrollada. Y quedarse ahí, sin ver más. ¡A cuento de qué tantas horas, si resulta que nos hemos ido a pique, porque nuestra productividad se queda en la mitad que en la Europa desarrollada! En Euskadi, durante los últimos diez años, la productividad por persona ha caído un 2 por ciento. Da miedo seguir por ese camino. Esa mirada mediocre sólo nos ha servido para compartir el liderazgo en la cotización del bono basura.
Échale valor y mira a la realidad de frente. Tiene mucho sentido plantear la Conciliación, porque en la Europa sin crisis ha servido precisamente como una de las armas contra la crisis. Conciliar mejora la productividad, la satisfacción que genera en las personas el trabajo bien hecho, la eficiencia y la presencia de las empresas en el mercado. Hay que empezar por ahí.
A efectos empresariales, aceptar la Conciliación es mejorar los ingresos. Y a efectos del personal técnico de orientación sociolaboral, Conciliar significa que tu servicio de orientación consiga buenos resultados, porque tú puedes atender satisfactoriamente tu trabajo y tus asuntos personales. Conciliar es tener esas ideas en la cabeza, en lugar de reírse de ellas.
Las empresas no son mágicas, ni ajenas a sus plantillas; del mismo modo que las plantillas también comparten intereses con sus empresas. Los mercados no residen en un Reino de Oz, donde cada cual mantiene sus propios objetivos, generalmente contrapuestos.
El mercado depende de las empresas. Y éstas, de sus plantillas. Conciliar es trabajar mejor, no menos.