SIN HORARIOS, SIN LÍMITES
La conciliación mejora la calidad de tu servicio
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6. La que nos espera
La que se nos viene encima es que, bajo la batuta de una de las peores crisis económicas de la historia contemporánea, nos quedaremos sin voz. No haber aprovechado nada, durante todos estos años, nos convertirá, en breve, en instrumentos inarmónicos que sobran en la orquesta.
A partir de ahora, las diferencias sociales con los distintos países europeos van a crecer. Lo que, hasta ayer, era una debilidad por corregir, se convertirá en una parálisis. Víctimas del inevitable agobio por solucionar lo más inmediato, marcaremos mayores distancias sociales.
Si, ayer, aún nos quedaba un trecho para igualarnos al resto de sociedades desarrolladas de Europa, a partir de mañana, conviviremos en mundos enfrentados.
We'll keep on different.
Nos tocará comenzar de nuevo. Volveremos a la casilla inicial, vendiendo paella y tortilla de patatas. Eso sí, con divisa.
Porque vivimos en un país, donde aún diferenciamos entre trabajo femenino y masculino. La conciliación se atasca en ese caldo de cultivo.
Porque todavía hasta un 25 por ciento de las personas que trabajan reconoce tensiones familiares, a la hora de conciliar.
Si no hemos aprendido que la Conciliación sirve para desarrollar nuestras facetas personales, si nuestras facetas personales nada tienen que ver con una sociedad avanzada, si la sociedad avanzada ha sido absorbida por el torbellino de la crisis, sólo nos queda la paella y la tortilla de patatas. |