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JEFAS

Campaña informativa sobre mujeres en cargos de responsabilidad


 

1. ¿Nosotras decidimos?

 

Una Orientadora Laboral en condiciones de acceder a un puesto de responsabilidad tiene que hacer frente al habitual "techo de cristal", esa barrera invisible que pone un tope a tus aspiraciones, si eres mujer. Pero no de un cristal normal, sino de cristal blindado. Porque cuando consigue llegar, trabaja sola y encerrada entre cuatro paredes también de cristal, porque el resto de sus compañeros son hombres. Una orientadora laboral en un puesto de responsabilidad hace su trabajo, en una especie de juego de rol, en el que no hay papeles femeninos, sólo formas de trabajo masculinas. Pero ella tampoco puede jugar como un hombre. Salir de la encerrona significa sustituir el concepto de "Jefe" por el de "Persona Responsable". Y tampoco es fácil. Para ello, la propia organización tendría que trabajar con responsabilidad. Y así, una caja dentro de la otra y ésta dentro de la otra y ésa dentro de la otra.

 

Los obstáculos

¿Cuáles son los obstáculos a los que tiene que hacer frente una mujer, si realmente ocupa una posición de poder? ¿Dónde radica realmente el "poder" y cómo se define?

 

Según un estudio de Catalyst, publicado en 2003, las mujeres en empleos de dirección y alta dirección, en EEUU, tenían que sumar a las dificultades técnicas de su trabajo el incómodo esfuerzo añadido de batir, siempre con récord sobre la marca anterior, una fatigosa carrera de ridículos obstáculos, tales como:

 

•  Tener que luchar contra los estereotipos femeninos sobre su capacidad y habilidades. En la alta dirección es, quizá, donde más arraigado está el arranque gramatical de "mujer tenías que ser".

•  Superar, con cara de circunstancias, la competitividad desleal de muchos hombres directivos que se atribuyen los méritos de las mujeres como propios o que otorgan un valor meramente simbólico a los éxitos profesionales de sus compañeras de dirección, cuando no les queda más remedio.

•  Quedar fuera de las redes de autoapoyo y de los circuitos de comunicación de carácter informal existentes entre el personal directivo.

•  La absoluta inflexibilidad de horarios, cuando el motivo son los hijos o la familia (nada que ver con las retransmisiones deportivas de cualquier tipo, claro.).

•  La falta de experiencia previa en los puestos de dirección.

•  La desalentadora falta de apoyo: no hay modelos previos de mujeres para este tipo de puestos sobre los que apoyarse.

•  El acoso sexual (todavía).

•  Las dificultades añadidas para según qué puestos, como los de dirección internacional, para los que se considera a las mujeres como peores y menos viajeras que los hombres.

 

No caigamos en el error de concluir que esto sólo pasa en EEUU.

 

Es muy probable que, en países como el nuestro, las cosas sean aún peores. Somos las propias mujeres quienes tenemos que realizar un esfuerzo especial, en positivo, para definir posturas de liderazgo con un estilo propio, al menos en la medida en que nadie puede hacerlo en nuestro lugar.

 

 

El panorama en el mundo

1996 - 2002. Costa Rica (53,4 %) y Lituania (45,5 %) consiguieron el porcentaje más alto de mujeres trabajando como "legisladoras, altas funcionarias y gerentes". Corea (4,9 %) y Egipto (10,1 %), las más bajas para este periodo.

 

EEUU. Según la United States General Accounting Office (Oficina General de Contabilidad de los EEUU), las mujeres representan el 47 % de la fuerza de trabajo, pero sólo un 12 % de todos los empleos directivos de ese país. Más del 60 % de éstas últimas trabajaba en servicios médicos especializados, hospitales y educación, en 2000. Las mujeres directivas se encuentran especialmente concentradas en áreas de "personal y relaciones humanas". Los hombres directivos copan preferentemente el trabajo en "marketing, publicidad y relaciones públicas". El porcentaje de mujeres situadas en los puestos más altos de dirección es especialmente pequeño.

 

CANADÁ. En 2001, un 35 % de los puestos de dirección estaba ocupado por mujeres. Y un 23 % de los gerentes de alto rango eran también mujeres.

 

TAILANDIA. Según datos del año 2000, hay un 28,7 % de mujeres en los puestos de dirección de empresas y organismos de todo tipo. Los cargos intermedios están ocupados por mujeres, entre un 41,5 % y un 45 %, según los casos. Se entiende por cargos intermedios a supervisoras, jefas de departamento y empleadas de alto rango.

 

AMÉRICA LATINA Y CARIBE. Entre un 25 % y un 35 % de las mujeres ocupan puestos de dirección.

 

JAPÓN. Según datos referidos a 2002, la sociedad japonesa es básicamente machista, en el plano laboral (también). Una encuesta del Ministerio de Salud, Trabajo y Protección Social, sobre una amplia muestra de nada menos que 6.700 empresas, detectó la siguiente distribución de mujeres, en puestos situados por encima del de "empleada":

•  Jefas de Subdirección: 11,9 %.

•  Jefas de Sección: 5,5 %.

•  Jefas de Servicio: 3,2 %.

(¡Y esto es "lo más de lo más" en puestos de dirección, en el Japón de nuestros días!)

Por otro lado, el 30,5 % de las empresas reconocía que los hombres ascendían más rápidamente que las mujeres con la misma titulación. También admitían que, después de varios años de trabajo, es más probable que una mujer se encuentre en un puesto subalterno, que un hombre con la misma cualificación y la misma antigüedad.

 

2000 - 2002. DIVISIÓN POR ZONAS GEOGRÁFICAS. Según una distribución en grandes zonas geográficas:

•  % más bajo de mujeres en puestos de dirección: Asia Oriental, Sur de Asia, Medio Oriente.

•  % más alto de mujeres en puestos de dirección: América del Norte, América del Sur, Europa Oriental.

 



 

 

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