PUERTAS AL CAMPO Igualdad, conciliación y orientación sociolaboral en el mundo rural

 

 

3. Trabajar en el pueblo

 

 

Aprendemos a hacer Orientación Sociolaboral, en un contexto urbano, con referencias urbanas, valores urbanos y definiciones urbanas. Batirse el cobre por la igualdad, apostar por la conciliación de la vida laboral y la vida personal son objetivos que nos planteamos en un mundo de cemento, diseño, alta velocidad, enfriamiento de las relaciones interpersonales: ese reino del anonimato que nos protege. Trabajamos con conceptos que se definen desde la oposición al mundo rural. Pero el verdadero reto está allí. Porque el ámbito de lo rural encadena a sus mujeres a la tradición, al cuidado de la casa y de la prole. Hacer Orientación Sociolaboral en "el pueblo" significa viajar en el tiempo, para enfrentar conceptos que ya teníamos superados... O ponerle puertas al campo.

 

Se diga lo que se diga, las políticas de igualdad para mujeres y hombres han calado lo suficiente en el mundo rural, como para que podamos empezar a hablar de una plena conciencia profesional como agricultoras. Vivir conectada a la tierra, a la familia, al negocio heredado tampoco ha cerrado todas las puertas a las mujeres rurales. Mientras la tradición pretende perpetuarlas, reproduciendo su condición y su estatus, el camino hacia la igualdad también va abriéndose paso. La tradición no detiene a la historia.

El personal de orientación sociolaboral que trabaja en ámbitos rurales ha podido constatar que, en cuanto una mujer se saca el carné de conducir, inicia su camino hacia el futuro.

De pronto, se le abre un amplio panorama hacia la formación y el propio desarrollo personal.

De pronto, comienza a conectar con otras mujeres que se encuentran en su misma situación.

De pronto, se ve a sí misma como profesional del campo.

De pronto, se reúnen y asocian y estas asociaciones cruzan posteriormente sus caminos.

De pronto, comienza a cambiar el paisaje.

A veces, los mayores cambios de la Historia dependen sólo de un acontecimiento aparentemente inocente, como un carné de conducir. Y luego, será otro carné y otro y otro y otro... La posibilidad de acercarse a otros lugares y conseguir tiempo para ir y volver abre la puerta para compartir experiencias y objetivos comunes con otras mujeres.

Moverse libremente abre también la vía a una mejor compatibilización del trabajo con la vida privada. Incluso abre la puerta al trabajo fuera de casa y por cuenta ajena. Porque, aunque todos los estudios coinciden en subrayar que no hay pueblo verdaderamente cercano a un lugar de trabajo en un centro urbano, la posibilidad del automóvil y la profesionalización del trabajo en el campo y con los animales han abierto las puertas a la igualdad para mujeres y hombres y a la conciliación de la vida laboral y la personal.

Sólo alcanzaremos un nuevo concepto de familia, una fórmula de trabajo en la tierra que no esclavice y la posibilidad de optar por un empleo por cuenta ajena, en el mundo rural, a partir de que las mujeres que viven en el campo puedan moverse con libertad. Y también así, las mujeres rurales podrán rechazar el trabajo a domicilio, uno de los caminos más rápidos hacia el aislamiento, con respecto al resto de las mujeres que se encuentran en su misma situación.

 

 

¿Qué hacer...?

 

Poner en marcha acciones informativas sobre la incorporación de mujeres en profesiones en las que están subrepresentadas, planteadas como anexo a los diversos cursos de este tipo de formación que organicen las corporaciones municipales y las agencias de desarrollo local.

Informar y sensibilizar a las empresas locales sobre los beneficios que pueden obtener con la contratación de mujeres, en procesos de inserción laboral.

Informar y sensibilizar a las empresas y explotaciones agropecuarias, en materia de Igualdad de Oportunidades y Conciliación, durante el asesoramiento en la búsqueda de empleo, asumiendo que la orientación sociolaboral en el ámbito rural es siempre un trabajo doble, cuando se trata de emplear a mujeres.

 

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