ES COSA DE HOMBRES
El jefe, como arquetipo de discriminación en un servicio de orientación sociolaboral
 Eres hombre y te dedicas a la orientación sociolaboral. Así que, tranquilo, que algún día serás el jefe. No escurras el bulto, ni desvíes la vista con falso pudor. La estadística te lleva hacia una poltrona y un despachito. Y la estadística es la madre de todos los vaticinios. No te va a resultar fácil, aunque el techo de cristal siga estando curiosamente de tu parte. Pero el duro banco de la galera te va a poner al frente de un puñado de chicas quejosas, de esas que "ya te veían venir" y todas esas cosas... Nada que no arregle una buena jubilación anticipada, por cierto. Por eso, esta campaña está dirigida a ti. Porque sólo tú puedes comprender eso que llaman "la soledad del líder". Tu responsabilidad es grande, así que no vas a leer cada una de estas fichas informativas gratuitamente y sin más. O eliges estar a favor de la opción que te presentamos, o te apuntaremos en la contraria... Es lo que tienen los privilegios de nacimiento. Que obligan.
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6. ¡Si no es por no ir...!
¿Si te pedimos una rápida definición de familia, serás capaz de pensar más allá del círculo que rodea a tu mujer y a tus hijos? Ahora, sí, claro, porque te lo hemos dicho. Y, admitámoslo, tu caso es tu caso y ni tu padre, ni tu madre, ni tu suegro, ni tu suegra viven con vosotros. Vale. Pero tienes todas las papeletas para terminar siendo el jefe en tu trabajo y conviene que estés prevenido. Así que imagina que el abuelito y la abuelita viven en casa. No es tan difícil. Al fin y al cabo, se trata de algo que le puede pasar a cualquiera. Pues bien, sigue imaginando. Si eso ocurriese, sería porque no pueden atender sus propias necesidades: y es que sólo las personas que no pueden atenderse aceptan vivir en casa ajena.
Piénsalo y ponte en su lugar. ¿Aceptarías vivir en la casa de otra persona, aunque fuese tu propio hijo? ¡Pues claro que no! Así que, vaya por delante que, si eso llega a producirse, tu padre, tu madre, tu suegro o tu suegra no iban a ser precisamente felices jubiletas, siempre en disposición de hacer excursiones con el Inserso o con lo que sea. Para hacer excursiones, hay que estar bien de salud y tienes que poder atender tus propias necesidades. De felices jubiletas, nada, porque se trata de personas que necesitan atenciones.
¡Pero bastante tenemos ya con admitir que debemos atender a nuestra descendencia, que para eso la hemos traído al mundo, como para tener que asumir, también, las atenciones de nuestra “ascendencia”! Así que, seguro que, en tu caso, el trabajo de tu mujer le iba a permitir buscarse un huequecito, para poder atender a la abuela. Al fin y al cabo, tu mujer está muy bien considerada en su trabajo, a las mujeres les dan más facilidades con eso de la conciliación y, qué diablos, ella lo iba a hacer mejor. ¡Si no es por no ir...!
Verás, chavalote y futuro jefe, estás en serio peligro de extinción, incluso en tu propia empresa, ésa que conoces tan bien. Por encima de ti, hay otro jefe, haciendo méritos para ser más jefe todavía. Y sabe que, gracias a hombres como tú, hay mujeres que pueden atender a hijos, hijas, padre, madre, suegro y/o suegra y, al mismo tiempo, trabajar. Y trabajar bien. Sabe que, si les promociona, él va a caer mucho mejor a los otros jefes que también tiene por encima y así se promocionará también él mismo. Sí, chavalote y futuro jefe por un día, apoyar a las mujeres que trabajan bien está empezando a ser motivo de división entre los hombres. ¡Cuánto desprecio por la solidaridad!
Toma nota y...
...Mira hacia arriba, tío, porque hay otro jefe por encima de ti, poniendo palotes.
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